La inteligencia artificial al servicio de la guerra

Este año se cumple el centenario de la obra de ciencia ficción R.U.R. (Rossum Universal Robots) del escritor checo Karel Capek, que anticipó la palabra “robot” y los libros posteriores sobre el tema, así como películas del tipo “Terminator”.

La obsesión es siempre la misma: al principio los robots se diseñaron para ser ayudantes de los seres humanos, pero al cabo de un tiempo se rebelaron y nos destruyeron, con la excepción de aquellos que son necesarios para fabricar más robots.

Los robots comienzan siendo algo modesto. Sólo disponían de un conjunto limitado de funciones programables que requerían un mantenimiento, como cualquier otro artilugio mecánico. Pero luego se ponen a la altura, e incluso superan, a los seres humanos, e incluso pueden llegar a prescindir de nosotros.

La mecánica y las fantasías mecánicas siempre han formado parte del militarismo, especialmente en Estados Unidos. Numerosos laboratorios del Pentágono, con la ayuda de subcontratistas de defensa, completan prototipos de robots avanzados para las guerras imperialistas del futuro.

El buque no tripulado Ghost Fleet Overlord navegó recientemente con éxito 4.700 millas náuticas y participó en el ejercicio Dawn Blitz, donde operó de forma autónoma durante la mayor parte de la operación.

El Pentágono tiene planes militares detallados para atacar a China con sistemas autómáticos de armas y drones suicidas submarinos. Los robots de combate subacuáticos y de superficie ya están en proceso de fabricación.

Los demás países imitan a Estados Unidos que, a su vez, debe hacer planes para contrarrestar dicho armamento autómático. El mes pasado el Pentágono publicó una estrategia para combatir los pequeños sistemas de aeronaves no tripuladas.

La inteligencia artificial está en el centro de los planes modernos de guerra. Según el general Michael Groen, director del Centro de Inteligencia Artificial del Pentágono, “es posible que pronto nos encontremos en un espacio de batalla definido por la toma de decisiones basada en datos, la acción integrada y el ritmo. Si hacemos los esfuerzos necesarios para aplicar la inteligencia artificial hoy, nos encontraremos operando con una eficiencia y eficacia sin precedentes en el futuro”.

El Centro de Inteligencia Artificial se creó en 2018 y hoy es una de las principales instituciones militares que desarrollan programas “inteligentes” para los futuros sistemas de armas, comunicación y mando.

La inteligencia artificial es ahora el núcleo de la investigación militar en Estados Unidos. Es un nuevo tipo de carrera armamentística. El desarrollo de la inteligencia artificial dará lugar a una competencia feroz, ya que se diferencia de muchas tecnologías del pasado por su tendencia natural al monopolio, que agravará los desequilibrios militares internacionales.

Para impulsar la inteligencia artificial hay que convertirla en un negocio. Para 2030 podría generar un crecimiento de casi 16 billones de dólares en el PIB, el 70 por ciento del cual se engendraría en Estados Unidos y China.

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