“Jamás existió”, dice el repugnante periódico estadounidense seis meses después de airear la campaña de intoxicación y de escuchar el testimonio de Jared Kushner ante el Senado, por lo que se ven obligados a emprender lo que ellos mismos califican como “retirada”.
Para desmentirse a sí mismos, tanto el partido demócrata como el periódico aprovecha la confusión que circula por los mentideros políticos de Washington tras los ataques de Trump contra su ministro de Justicia Jeff Sessions, de los que ya hemos hablado aquí.
Los farsantes se habían convencido de que Kushner podía aportarles, por fin, algo sobre lo que fundamentar su cuento de hadas. Ahora las grandes cadenas empiezan a reducir el tiempo que los “informativos” dedican cada día a envolver la patraña en papel de celofán.
El problema de las mentiras de los medios de intoxicación es siempre la misma: acaban convenciéndose de que sus falsedades son ciertas.
Hay un detalle curioso que Kushner ha contado a los senadores: cuando tras la victoria electoral, Putin le envió un telegrama de felicitación a Trump, Kushner ni siquiera sabía el nombre del embajador ruso en Estados Unidos para que pudiera confirmar que el mensaje era legítimo…
Toda esta comedia casi da más vergüenza que risa. Estados Unidos tiene un gobierno de auténtica opera bufa… y todavía hay quien confía en que el guión tiene algo que ver con la realidad.
(*) https://www.washingtonpost.com/blogs/post-partisan/wp/2017/07/27/the-quest-to-prove-collusion-is-crumbling/