La industria rusa de guerra ha desarrollado un nuevo sistema de misiles antiaéreos y antibalísticos, llamado SS-500 Prometeo, según el diario Izvestia. Se trata de un sistema antiaéreo, que además de ser flexible y modular, podría contrarrestar las armas hipersónicas.
Por el momento, no se han publicado imágenes de su funcionamiento y el Kremlin no ha confirmado la novedad.
Según la información disponible, el SS-500 Prometeo sería capaz de interceptar y destruir misiles y planeadores hipersónicos. Si eso es cierto, sería el primer sistema de este tipo que vería la luz, lo que confirmaría la superioridad tecnológica de Rusia en la materia militar.
Además de su capacidad para destruir municiones muy veloces, lo que sorprende también son sus capacidades de vigilancia. El SS-500 podría detectar lanzamientos de misiles a una altitud de más de 3.000 kilómetros.
Su despliegue no está previsto para todas las fuerzas armadas rusas. Al menos inicialmente, sólo se verán afectadas las unidade que participan en la defensa de Moscú.
La industria rusa de guerra da prioridad al desarrollo de otros productos equipos militares más esperados en la Guerra de Ucrania que, hasta el momento no ha impedido las inversiones masivas para desarrollar el arsenal militar.
Hace dos años la OTAN se las prometía muy felices, pronosticando el colapso económico y militar de Rusia. Ha ocurrido lo contrario. Rusia se ha fortalecido considerablemente, tanto militar como económicamente. Ahora tiene un ejército entre cuatro y cinco veces mayor que en febrero de 2022, entrenado en dos años de guerra real de alta intensidad.