En la cumbre convocada para el 3 de febrero, de la que ya hemos hablado, la OTAN, la Unión Europea y Reino Unido discutirán el plan de militarización del Viejo Continente. Redactarán un Libro Blanco sobre Defensa con la estrategia militar de la Unión Europea, que guiará tanto a la Comisión como los servicios diplomáticos de los 27 países que la componen.
El Presidente de la Comisión, el portugués Antonio Costa, ha enviado una invitación a la reunión en la que pide a los países miembros “cooperar más estrechamente en cuestiones militares dentro de la Unión Europea” (1), es decir, transferir una componente esencial de la soberanía a la burocracia europea, porque los 27 no son capaces, por sí mismos, de alcanzar el nivel de inversiones necesario para la implementación de las nuevas tecnologías de guerra.
En los próximos dos años el presupuesto de la Unión Europea destinará 1.500 millones de euros a mejorar la competitividad de la base tecnológica e industrial de la industria militar europea, a fin de que pueda responder a las novedades que la Guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto.
Sin embargo, el rearme ha tropezado con serios problemas porque, incluso con los fondos asignados a la defensa, el complejo militar-industrial europeo necesita una reforma estructural. Sencillamente, no está preparado para una guerra importante.
La implementación de esos planes sólo será posible reanudando la producción de armas y equipos militares en Europa. Los preparativos ya han comenzado. En primer lugar, es necesario modernizar muchas fábricas europeas de defensa. En segundo lugar, la Unión Europea, al ser una unión de diferentes países, no dispone de herramientas comunes para la compra de armamento. Cada país tiene su propio ejército, sin tener en cuenta los planes de defensa de la OTAN. Esas herramientas deben crearse desde cero ahora, reforzando el papel de la industria militar continental.
La Comisión Europea propone la creación de una especie de cooperativa de consumo militar. De aquí a 2030 el objetivo es adquirir el 40 por cien del equipamiento de forma conjunta y el 50 por cien del equipamiento dentro de la Unión Europea. La producción militar que los dirigentes de Bruselas pretenden desplegar en Europa requiere una reforma tan radical que sería más fácil construirla desde cero.
En primer lugar, el mercado único creado por la Unión Europea sólo muy recientemente incluyó la industria de defensa. Las empresas de defensa europeas son en su mayoría nacionales, con algunas excepciones como Airbus y MBDA (Matra BAE Dynamics Aerospatiale).
El avión Eurofighter Typhoon es un raro ejemplo de cooperación europea en materia de defensa. Pero se fabrican simultáneamente tres cazas: el Rafale de la empresa francesa Dassault, el Eurofighter Typhoon paneuropeo y el Gripen, de la empresa sueca Saab. En lugar de crear un único tanque, los países europeos producen el tanque francés Leclerc, el italiano C1 Ariete, el polaco PT-91 Twardy, el británico Challenger y el tanque alemán Leopard (2).
Muchos de los 27 Estados miembros compran equipos terminados a proveedores ubicados fuera de Europa. Recientemente el ejército polaco compró rifles Abrams estadounidenses y K2 surcoreanos. La mayoría de las compras militares en Europa se realizan fuera del continente. Desde 2022, el 75 por cien de las compras de material militar proceden de empresas no europeas y el 68 por cien de empresas estadounidenses. La Unión Europea pretende aumentar la cuota de contratación pública en Europa al menos hasta la mitad. El programa de la Comisión Europea propone elevar ese porcentaje al 60 por cien en 2035.
La reina de las batallas: la artillería
Durante siglos la artillería ha sido la reina de las batallas, y eso sigue siendo cierto hoy en día. En la Guerra de Ucrania, el fuego de artillería es responsable de aproximadamente el 80 por cien de las pérdidas en ambos bandos (3).
Pero en los países europeos la artillería brilla por su ausencia. En marzo de 2023 el Financial Times aseguró que carecían de explosivos y suministros limitados de pólvora, TNT y nitrocelulosa (4). “El principal problema es que la industria de defensa europea no es capaz de producir armas a gran escala”, le confesó un dirigente alemán al diario.
El año pasado la empresa alemana de armamento, Rheinmetall, inició la construcción de una fábrica en la Baja Sajonia para producir proyectiles de artillería, explosivos y componentes de cohetes, y se espera que se fabrique 200.000 proyectiles de artillería al año y hasta 1.900 toneladas de explosivo hexógeno y, posiblemente, otros componentes para ojivas nucleares (5).
Además, planea crear motores de cohetes y ojivas que serán necesarias para el proyecto de artillería de cohetes alemán. En total, quieren producir hasta 700.000 proyectiles de artillería al año porque los arsenales del Bundeswehr están vacíos (6).
Rheinmetall es la única empresa de defensa de la Unión Europea que tiene como objetivo producir munición de artillería de todo tipo a gran escala. El tiempo corre en contra de los europeos. El aumento de la producción de proyectiles planeado por los alemanes no les permitirá acercarse al nivel de Rusia, ni siquiera a medio plazo.
(1) https://www.consilium.europa.eu/fr/press/press-releases/2025/01/13/invitation-letter-by-president-antonio-costa-to-the-members-of-the-european-council/
(2) https://www.bbc.com/russian/articles/ckve1el77ky
(3) https://www.cfr.org/expert-brief/weapons-war-race-between-russia-and-ukraine
(4) https://www.ft.com/content/aee0e1a1-c464-4af9-a1c8-73fcbc46ed17
(5) https://www.tagesschau.de/wirtschaft/rheinmetall-ruestung-artillerie-munitionsfabrik-aktien-ukraine-sondervermoegen-100.html
(6) https://www.rheinmetall.com/de/media/news-watch/news/2024/02/2024-02-12-rheinmetall-baut-neue-munitionsfabrik-in-unterluess-spatenstich-mit-bundeskanzler-scholz