El encuentro con la titular Elisabeth Borne, dirigido a dialogar sobre la aplicación de la polémica reforma laboral impulsada por el Gobierno, estuvo marcado por “discusiones muy tensas” a causa de las divergencias, explicó el representante de los transportistas de la CGT, Jérome Vérité.
De su lado, el líder FO, Patrice Clos, lamentó que “la patronal no quiere ceder en nada”, por lo cual las negociaciones fueron inútiles.
Lejos de contribuir a calmar tensiones, la cita avivó inquietudes pues los transportistas conocieron detalles del nuevo Código de Trabajo que antes ignoraban, como que podrían reducirse las remuneraciones por antigüedad, los llamados gastos de carretera y el décimo tercer mes.
Esos pagos, antes protegidos por acuerdos colectivos, se decidirán ahora de forma individual en cada empresa, lo que implica “un golpe” para los trabajadores, según anunciaron los sindicatos.
Por su parte, el ministerio de Transporte emitió un comunicado en el cual admitió que “nuevos temas aparecieron durante la discusión”, por lo cual el 4 de octubre habrá un nuevo encuentro.
Mientras, los sindicatos afirman que la huelga se mantiene y la próxima semana habrá nuevas acciones para mostrar la disconformidad con la reforma laboral impulsada por el gobierno de Emmanuel Macron, y rechazada por una parte importante de la población francesa.
A inicios de esa semana los transportistas llevaron a cabo bloqueos en varias carreteras y autopistas de Francia, que se sintieron con fuerza en el norte del país, a pesar de que el gobierno desplegó los cuerpos de seguridad para intentar impedir el movimiento.
También causaron desabastecimiento en más de 300 estaciones de combustible, y un agotamiento total del producto en más de 100.