Todas las montadoras tienen sus líneas de producción paradas, pese al acuerdo alcanzado ayer entre el gobierno y los sindicatos, que no ha sido acatada hasta ahora de manera visible por los huelguistas.
“La huelga de los camioneros afectará significativamente nuestros resultados tanto en las ventas, como en la fabricación y la exportación”, advirtió Anfavea.
En Brasil la industria automovilística produce un promedio de 12.600 coches por día y genera impuestos diarios de 250 millones de reales (68 millones de dólares), según datos de la patronal automotriz.
En caso de normalización del transporte terrestre, el sector tiene «una gran capacidad de recuperación» y si fuera preciso «se trabajará el fin de semana», indicó una responsable de comunicación de Anfavea.
Pero por el momento, los camioneros que protestan contra el alto precio del diésel mantienen bloqueos en por lo menos 24 de los 27 Estados del país, incluyendo los más desarrollados, como Sao Paulo, Rio de Janeiro y Minas Gerais, así como en los grandes reductos agropecuarios del centro-oeste y del sur de esta potencia agrícola exportadora.
El gobierno de Temer y la mayoría de los sindicatos de transportistas habían llegado sin embargo a un acuerdo para suspender durante 15 días la huelga, a cambio de concesiones fiscales.
El movimiento ha provocado escasez y una disparada de precios de los carburantes y de productos alimenticios.