García Goena, de 28 años de edad, fue asesinado el 24 de julio de 1987 cuando tras salir de su casa en Hendaya, en Euskadi norte, subió al vehículo que tenía aparcado enfrente para dirigirse a trabajar. Al introducir la llave de contacto se produjo una tremenda explosión.
Los autores materiales del atentado fueron “Jean Louis”, un policía francés, y el apoyo de “Carlos”, un guardia civil miembro del Cesid (actual CNI). El pistolero José Amedo, uno de los matarifes de los GAL, indicó que quien ordenó el crimen fue la cúpula del Ministerio del Interior, dirigido por el PSOE, señalando con el dedo al secretario de Estado Rafael Vera.
30 años después la hija de García Goena compareció el miércoles ante la Ponencia de Memoria y Convivencia del Parlamento Vasco. En declaraciones a los medios de comunicación, explicó que había acudido a la Cámara autonómica para reclamar que el resto de partidos políticos exijan al PSOE que “haga un reconocimiento público” de lo que realmente ocurrió con el terrorismo de Estado.
Según dijo, el PSOE debe “contar la verdad” sobre los GAL, su brazo armado, cuyas acciones fueron imputadas a varios altos dirigentes socialistas de los sucesivos gobiernos de Felipe González.
La hija de García Goena ha afirmado que sin este reconocimiento por parte del PSOE, el Plan de Paz y Convivencia del Ejecutivo vasco, en el que los socialistas gobiernan junto al PNV, “no tiene una base sólida”.
El asesinato quedó impune. Está archivado desde 2001. La familia pidió la reapertura a la Audiencia Nacional, lo que consiguió en 2012. Entonces el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el antiguo Cesid, intentó captar como informante a una de las secretarias del abogado que defendía a la familia.
El abogado denunció el asunto a la Audiencia Nacional, que le dió el carpetazo acostumbrado. Luego la misma Audiencia cerró la investigación del crimen y aquí no ha pasado nada.
El tal “Carlos”, el miembro de la guardia civil y del CESID/CNI que cometió el asesinato, era un hombre de confianza de Rafael Vera con buenos enchufes tanto entre la Audiencia Nacional como en el Tribunal Supremo (*). La impunidad no puede, pues, extrañar a nadie. Sólo queda la denuncia y la lucha permanente contra el olvido. En internet hay un página dedicada al asesinato de García Goena.
(*) http://www.elmundo.es/espana/2016/07/24/5793c972268e3ea62c8b45f4.html