Aunque el Ejército de Liberación Nacional, uno de los grupos guerrilleros más importantes de Colombia, no ha reivindicado el ataque, el gobierno le responsabiliza del mismo.
El ejército transportaba a Bogotá 130 papeletas electorales de los habitantes de una comunidad indígena Uwa del este de Colombia para su recuento, tras la votación del domingo para elegir cargos locales.
Tres soldados más resultaron heridos y seis personas se encuentran desaparecidas, informó el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas. «Estaban custodiando la libertad política de nuestros hermanos Uwa», dijo Villegas en conferencia de prensa, y agregó que un alto oficial se ha trasladado a la región a fin de localizar a los desaparecidos, así como a los atacantes.
El ministro no informó si hubo bajas entre los guerrilleros ni dio detalles sobre cómo se desarrolló la emboscada.
El presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo que el ataque empañó las elecciones más seguras que había tenido el país en décadas, con una reducción de 60 por ciento de la violencia en relación con los comicios previos de 2011.
Santos censuró al Ejército de Liberación Nacional, que ha sostenido conversaciones exploratorias de paz con el gobierno desde hace más de un año y había suscitado grandes expectativas de que se sumaría pronto al acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, en el inicio de negociaciones formales tendentes a poner fin a medio siglo de lucha guerrillera.
Santos agregó que ordenó a las fuerzas armadas redoblar la ofensiva militar contra los restantes 1.500 combatientes del ELN. «Si el ELN cree que con estos actos va a ganar espacio político o fortalecerse en una eventual negociación, está totalmente
equivocado», agregó Santos.
Los Uwa forman un pueblo indígena de unas 7.000 personas que adquirieron fama cuando en la década de los noventa defendieron su tierra contra la usurpación de la empresa Occidental Petroleum.
Bladimir Moreno, presidente de una agrupación que representa a los Uwa, dijo a la agencia de noticias Associated Press que el único teléfono en el lugar dejó de funcionar después del ataque.