Dicen los medios de intoxicación de masas que en Rusia las personas están muy mal informadas sobre la Guerra de Ucrania porque no hay libertad de expresión, de modo que reciben un único mensaje, que procede de su gobierno.
Pero no es así, obviamente. Desde hace unos días, los rusos que tienen móvil padecen ataques informáticos del Departamento de Estado, que les remite mensajes sobre la masacre de Bucha y la participación en ella de las tropas rusas.
A través de los grandes monopolios, Estados Unidos tiene el dominio de la tecnología digital, que ha incorporado al campo de batalla y a la guerra psicológica, fusionando ambos. Los móviles personales también forman parte del campo de batalla porque en esta guerra unos tratan de vencer, mientras a los otros les basta con convencer.
En la guerra sicológica Estados Unidos no tiene rival. Incluso dentro de Rusia, es capaz de solapar los mensajes del Kremlin con los suyos propios. No hay otro ningún otro poder de comunicación con un alcance parecido, capaz de eludir los cortafuegos para dirigirse directamente a la población rusa a través de sus móviles.
Es sólo el primer paso. El siguiente será masivo igualmente, pero no tan uniforme porque el control de las bases de datos permitirá el envío de textos, fotos, audio y vídeos personalizados y adaptados a los gustos y opiniones de los titulares del dispositivo, cualquiera que sea el lugar del mundo en el que se encuentren.
Dentro de poco Biden o algún sustituto suyo podrá dirigirse personalmente, en vivo y en directo, a todos los pueblos del mundo de forma activa e incluso interactiva. Estados Unidos no sólo es la única fábrica de contenidos de cualquier tipo (políticos, musicales, cinematográficos), sino el único capaz de transmitirlos de forma masiva hasta el último rincón del mundo.
La desinformación está a punto de dar un salto. A los medios tradicionales, como las cadenas de televisión, se van a añadir los nuevos, personalizados y directos. La campaña internacional contra Huawei comienza a cobrar así todo su sentido. La intoxicación no podría avanzar con tecnologías y dispositivos chinos. A la inversa, el gobierno de Pekín ha ordenado sustitutir todos los ordenadores de fabricación estadounidense en la administración pública y en las grandes empresas para frenar el espionaje.
El 18 de abril un grupo de antiguos espías estadounidenses públicó una carta contra los intentos legislativos de restringir el poder de los monopolios tecnológicos porque “pondría en peligro la seguridad nacional”. En el mundo no existiría la hegemonía militar de Estados Unidos sin Google, Facebook, Apple, Microsoft, Amazon y demás.