La guerra en el campo de batalla ucraniano por parte del ejército de Estados Unidos y la OTAN está perdida, y Alemania será la siguiente en perderse si el avance de las fuerzas rusas hacia Kiev y Lvov no se detiene rápidamente mediante un armisticio, afirma en una entrevista el general alemán Harald Kujat (1).
Es el oficial alemán de más alto rango que ha criticado la guerra. La prensa alemana, la canciller Angela Merkel, el primer ministro británico Boris Johnson y otros aliados de la OTAN, que no nombra, han asestado una puñalada por la espalda a Alemania.
A Washington le acusa de crear una amenaza nuclear directa contra Rusia en las baterías de misiles Aegis ahora instaladas en Polonia y Rumanía; de convertir a Alemania en parte directa de la guerra en Ucrania, al permitir que “Estados Unidos [entrene] a soldados ucranianos en Alemania“, y de destruir los gasoductos Nord Stream.
Los estadounidenses y los británicos pretenden debilitar políticamente a Alemania en Europa y suplantar la industria armamentística alemana con sus propias empresas. El ejército alemán, la seguridad territorial alemana y el poder industrial alemán serán los perdedores de la Guerra de Ucrania porque “Rusia podría superar la escalada occidental en cualquier momento con todas las armas que posee”. Kujat sugiere que eso podría incluir el uso de armas nucleares.
Los aliados de la OTAN pretenden sabotear la influencia de Alemania en Europa, aumentando el “riesgo de un ataque convencional contra Alemania” y “exponiendo Alemania a Rusia”.
“Según el Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Mark Milley”, escribe Kujat, “Ucrania ha conseguido lo que puede conseguir militarmente. Más no es posible. Por eso ahora hay que hacer esfuerzos diplomáticos para lograr una paz negociada. Comparto esta opinión… es cuestionable que las fuerzas armadas ucranianas dispongan todavía de un número suficiente de soldados para poder utilizar estos sistemas de armas, dadas las grandes pérdidas de los últimos meses”, afirma Kujat.
Rusia pide respeto
Los análisis alternativos, como los de Kujat, sólo aparecen en publicaciones muy marginales. El general Erich Vad publicó su análisis en Emma, una revista feminista de Colonia (2). Del mismo modo, a Kujat le entrevista un medio suizo de escasa difusión, Zeitgeschehen im Fokus (“Enfoque en la actualidad“), y después en Overton, una pequeña publicación alemana con sede en Frankfurt (3).
Kujat es hijo de un soldado alemán que murió en la Segunda Guerra Mundial combatiendo al Ejército Rojo. Sucedió al vicealmirante Kay-Achim Schönbach, que se vio obligado a dimitir en enero del año pasado, tras un discurso en el que afirmó que “la península de Crimea ya no existe: nunca volverá, eso es un hecho”. Las preocupaciones rusas en materia de seguridad “deben tratarse con respeto”, añadió el almirante. Lo que Rusia realmente quiere es “respeto. Y, Dios mío, dar respeto a alguien cuesta poco o nada… Es fácil darle el respeto que realmente exige, y probablemente también merece”.
Tras la destitución de Schönbach, ningún oficial alemán en activo se atrevió a criticar públicamente la política militar de Alemania. Hablan a través de oficiales retirados, como el general Vad, antiguo jefe del grupo militar en la cancillería de Merkel, con la que aparece en la foto de portada.
Kujat afirma que su malestar “es consecuencia de mis muchos años de servicio en la OTAN, entre ellos como Presidente del Consejo OTAN-Rusia y del Comité de Jefes de Estado Mayor OTAN-Ucrania. Me molesta especialmente que se preste tan poca atención a los intereses de seguridad alemanes y a los peligros que supone para nuestro país una ampliación y escalada de la guerra. Esto demuestra una falta de responsabilidad o, por utilizar un término anticuado, una actitud muy poco patriótica”.
El general asegura que “esta guerra debería haberse evitado y que podría haberse evitado”. Que ese no fue el resultado y de eso culpa a Merkel por su engaño a Rusia, calificándola de “flagrante abuso de confianza” y “violación del derecho internacional”.
El punto de inflexión en el equilibrio ruso-alemán de fuerzas comenzó en Washington en 2002, según Kujat, cuando Bush anuló el Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM), y después, en 2008, cuando el Presidente estadounidense invitó a Ucrania y Georgia a entrar en la OTAN”. La decisión de la administración Obama en 2009 de desplegar “el sistema de defensa antimisiles balísticos de la OTAN en Polonia y Rumanía” supuso una nueva escalada “porque Rusia está convencida de que Estados Unidos también podría eliminar los sistemas estratégicos intercontinentales rusos de estas instalaciones de lanzamiento y poner así en peligro el equilibrio estratégico nuclear”.
La supervivencia de Alemania está amenazada por este desequilibrio nuclear, continúa Kujat, porque las armas nucleares rusas están ahora directamente amenazadas por Estados Unidos, y por la escalada de armas convencionales de Estados Unidos y la OTAN en el campo de batalla ucraniano. “Hay que contar con ello. Cuanto más dure la guerra, mayor será el riesgo de expansión o escalada”.
El gobierno de Londres sabotéo las conversaciones de paz
Kujat acusa a los británicos, y no a los estadounidenses, de interrumpir las conversaciones de alto el fuego que el Kremlin estaba dispuesto a firmar tras las conversaciones de Estambul de finales de marzo del año pasado. Según el general, “Rusia había aceptado retirar sus fuerzas antes del 23 de febrero, es decir, antes de que comenzara el ataque contra Ucrania. En la actualidad, se exige repetidamente la retirada total como condición previa para las negociaciones… Ucrania se había comprometido a renunciar a la pertenencia a la OTAN y a no permitir el estacionamiento de tropas o instalaciones militares extranjeras. A cambio, debería recibir garantías de seguridad de los Estados de su elección. El futuro de los territorios ocupados debe resolverse diplomáticamente en un plazo de 15 años, con la renuncia explícita a la fuerza militar… Según informaciones fidedignas, el entonces Primer Ministro británico, Boris Johnson, intervino en Kiev el 9 de abril e impidió la firma. Su razonamiento era que Occidente no estaba preparado para el fin de la guerra”.
El general carga las tintas contra los británicos. Parece señalar que los estadounidenses no estaban detrás del sabotaje británico, lo cual no es cierto. Tampoco es cierto que fuera el gobierno de Londres y no Estados Unidos quien controlara a Zelensky.
Kujat tampoco menciona la alianza de la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock y el Partido Verde con la industria aeroespacial y de defensa alemana para conseguir votos en Kiel, Düsseldorf, Munich y otras circunscripciones.
Los seudoecologistas alemanes son un puntal de la industria de guerra. Kiel es la sede de Krauss-Maffei Wegmann Maschinenbau, fabricante del carro de combate Leopard. En la votación parlamentaria de Kiel en 2021, los Verdes ganaron casi un 14 por cien para obtener un 28 por cien del total, mientras que el SDP perdió terreno pero conservó el escaño con un 29,5 por cien. En Düsseldorf, sede del Grupo Rheinmetall, los Verdes ganaron un 13 por cien en 2021 frente al SDP y la CDU. En Essen y Duisburgo, donde Thyssen-Krupp dirige su complejo militar-industrial, se registraron cambios de voto similares a favor de los Verdes.
Los Verdes están obligados a poner toda la carne en el asador. La derrota de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania pone en peligro la rentabilidad la industria de guerra alemana, como bien dice Kujat en la entrevista.
(1) https://zeitgeschehen-im-fokus.ch/de/newspaper-ausgabe/nr-1-vom-18-januar-2023.html
(2) http://www.emma.de/artikel/erich-vad-was-sind-die-kriegsziele-340045
(3) https://overton-magazin.de/top-story/je-laenger-der-krieg-dauert-desto-groesser-wird-das-risiko-einer-ausweitung-oder-eskalation/
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