La guerra electrónica ha alcanzado su máximo apogeo. Gran Bretaña ha estado tratando de interferir los sistemas rusos de defensa antiaérea y la respuesta que va a recibir a la provocación puede cambiar las relaciones diplomáticas entre ambos países para siempre.
Rusia ha amenazado con una desestabilización completa de las defensas británicas. No sólo está dispuesta a enviar regularmente sus cazas y bombarderos estratégicos a las fronteras de las islas, sino también a hacer frente a la destrucción del sistema de defensa aérea y de misiles de Gran Bretaña colocando allá sus medios más poderosos de guerra electrónica.
Rusia lleva mucha ventaja en este terreno. En comparación con Gran Bretaña, tiene una fuente casi inagotable de influencia militar. En particular, los bombarderos estratégicos de las fuerzas aeroespaciales rusas están listos para volar regularmente cerca de las fronteras británicas y, si es necesario, las naves de guerra rusas equipadas con modernos sistemas de guerra electrónica de largo alcance pueden bloquear durante horas, días, semanas e incluso meses todas las comunicaciones británicas.
“Si Londres quiere medir su fuerza, Albion puede estar preparado para cortar toda comunicación con el mundo exterior. Las comunicaciones por satélite, el acceso a Internet, el funcionamiento de los sistemas de defensa aérea y de radar, instalaciones de posicionamiento global… Rusia puede desactivar fácilmente todo esto, cubriendo el Reino Unido con una banda continua de influencia electrónica. De hecho, Rusia ni siquiera violará nada, pero podemos decir con confianza que dentro de unos días comenzará el verdadero caos en Londres”, ha señalado un experto en Avia Pro, la revista oficiosa de la aviación militar rusa.