Entre las muchas prohibiciones impuestas por el gobierno británico está la de viajar al extranjero, salvo por razones ineludibles, que siempre tienen que ver con el trabajo.
Además, Londres ha elaborado una “lista roja” de 33 destinos a los que recomienda no viajar, en la que figuran países como Portugal, Sudáfrica o Brasil.
A partir del 15 de este mes quedará prohibida la entrada a las personas procedentes de alguno de los 33 países de la “lista roja”, si son extranjeros. Si son británicos, podrán entrar con la condición de permanecer confinados durante 10 días en un hotel, con un coste de unos 2.000 euros, incluyendo hotel, comida y tests de coronavirus.
El gobierno ha reservado 4.600 habitaciones para cumplir las cuarentenas.
Si alguien no respeta a cuarentena, pueden ser sancionados con multas que van de 5.700 a 11.400 euros.
Si, para eludir la cuarentena, el viajero miente sobre el origen de su viaje, se arriesga a una condena de hasta 10 años de cárcel.
Al primer ministro Boris Johnson este brutal castigo le parece “prudente y proporcional”.
Sin embargo, un antiguo juez del Tribunal Supremo, Lord Sumption, ha acusado públicamente al ministro de Sanidad, Matt Hancock, impulsor de estas medidas, de haber perdido el contacto con la realidad: “¿Piensa realmente el señor Hancock que la no divulgación de una visita a Portugal es peor que el gran número de delitos violentos con armas de fuego o las agresiones sexuales a menores, para los que la pena máxima es de siete años?”, le pregunta.
<h6>https://www.telegraph.co.uk/politics/2021/02/09/does-mr-hancock-really-think-non-disclosed-portugal-visit-worse/</h6>