En la antigüedad, los espartanos estrellaban
contra la famosa roca tarpeya a los recién nacidos que tenían alguna
deformidad de nacimiento, con lo cual se aseguraban que no habría entre
los de su «raza» seres deformes, o que no sirvieran para la guerra.
Es
el único antecedente de lo que es la eugenesia, es decir la selección
no natural de quienes tienen que vivir y quienes no. Para aquellos que
seguimos la carrera de derecho siempre fue algo sabido que a este tipo
de actividad se le llamaba «homicidio eugenésico», y que debía ser
perseguido como un crimen de lesa humanidad, y contrario a los derechos
humanos. Entre esos derechos está sin duda el derecho a la vida, y para
las mujeres el derecho a ser madres en el momento en que lo decidan
ellas mismas.
Sin embargo desde hace muchos años se viene
aplicando como política de estado, la esterilización forzada de mujeres
con el fin último de exterminar a determinadas «razas», y especialmente a
determinadas clases sociales o etnias consideradas inferiores.
Siempre
se atribuyó a los nazis alemanes el haber esterilizado a personas que
eran consideradas retardadas, o de escasa inteligencia, y que se
consideraban peligrosas por su potencial capacidad para engendrar o
parir hijos que según el estado atentaban contra la pureza de la raza
germánica. En la película Juicio en Nuremberg hay una secuencia donde
aparece un testigo que fue víctima de esas prácticas. Efectivamente el
estado alemán desarrolló instituciones que se dedicaban a conseguir un
tipo humano que respondiera al patrón nazi del hombre perfecto. El
doctor Menguele, famoso criminal practicó todo tipo de experimentos
terribles con prisioneros de campos de concentración, a los cuales
sometía a sesiones con descargas eléctricas, e inyecciones de todo tipo
para probar sus resultados. Esos prisioneros fueron reducidos a la
categoría de ratones de laboratorio.
Los nazis merecen el mayor
de los desprecios por sus crueldades, pero no fueron ni los primeros ni
los únicos en aplicar políticas eugenésicas similares. Ya el gobierno
inglés, aplicó en Australia y Nueva Zelanda políticas eugenésicas contra
la población aborigen en los albores del siglo XX especialmente contra
los maoríes, a los cuales consideraban inferiores, y sobre todo por el
hecho de que eran de piel no blanca, y si no los hubieran sometido al
exterminio se hubieran convertido en la mayoría de la población, cosa
que el imperio inglés no podía soportar. Esas políticas se aplicaron
hasta no hace muchos años ya que estuvieron vigentes hasta los años 50
del pasado siglo. Hace escasamente 30 años el gobierno inglés pidió
perdón a la población maorí por estos crímenes. Aquí se aplicó en parte
la esterilización en hospitales de las mujeres maoríes, y como
reaseguro de esas políticas se consideraba a la población maorí como
incapaz de entender y aprender, y a las mujeres maoríes que parían se
les quitaban sus hijos. Se sabe que muchos de esos niños fueron
literalmente asesinados, y otros sometidos desde su infancia a trabajos
especialmente penosos, para que murieran pronto.
En la década de
1920, los democráticos Estados Unidos aprobaron leyes eugenésicas contra
la población mejicana en California, con el argumento de que los
mejicanos tenían una tendencia hacia el crimen, la vagancia y la mala
vida, y que era necesario controlar el crecimiento de los chicanos y
sobre todo impedir los matrimonios entre chicanos y anglosajones. Para
eso se llevó a cabo una campaña de esterilización de adolescentes de
entre 14 y 16 años con el objeto de que no trajeran al mundo más
miembros de esa raza inferior.
Pero en realidad donde se aplicó
la esterilización en masa fué en América Latina, donde los gobiernos
obsecuentes hacia los EEUU aplicaron las recetas que la famosa «Alianza
para el Progreso», lanzada por el presidente Kennedy tenía una serie de
propuestas en sanidad que aconsejaba achicar la población indígena para
lo cual se dispusieron caravanas de médicos norteamericanos que
esterilizaban a la fuerza a las indias, para que no pudieran parir.
Se
calcula que de esa manera fueron esterilizadas alrededor de dos
millones de adolescentes, sobre todo en Guatemala, Perú y Bolivia. En
tiempos de la dictadura del general Banzer en Bolivia, fueron
esterilizadas unas 400.000 adolescentes, y en Perú, en tiempos de
Fujimori, otras 400.000. Esas adolescentes, ahora mujeres mayores han
reclamado al estado boliviano indemnizaciones por los graves daños de
todo que sufrieron. El gobierno de Evo Morales comenzó a pagar esas
indemnizaciones, que ahora se han interrumpido, con la llegada de la
«democracia» a Bolivia
Esto demuestra que el imperialismo carece
de sentimientos, que carece de escrúpulos morales, y que no tiene
límites éticos a la hora de imponer sus políticas criminales. Los nazis
no fueron solo alemanes, sino que también fueron británicos y
norteamericanos, que son aquellos que ahora quieren llevar la libertad y
la democracia a Venezuela y a Cuba.