La Cámara de Representantes de Estados Unidos acaba de aprobar una ley que permitirá expulsar de la bolsa de Wall Street a las empresas chinas que no acaten los requisitos de auditoría.
Además, el lunes el gobierno de Trump impuso una nueva tanda de restricciones financieras, que limita el acceso a los visados estadounidenses para 14 vicepresidentes de la Asamblea Popular Nacional de China.
Como respuesta, esta mañana la portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Hua Chunying, ha anunciado en rueda de prensa que su país sancionará a una serie de ciudadanos estadounidenses, incluidos miembros del Congreso y personal de organizaciones sin fines de lucro, así como a sus familias.
Además, Pekín ha decidido revocar el acuerdo de exención de visas para los titulares de pasaportes diplomáticos de Estados Unidos que visiten los enclaves chinos de Hong Kong y Macao.
Tras instar a Estados Unidos a no seguir en el “camino peligroso y equivocado” de imponer medidas punitivas sin razón contra China, Hua ha adelantado que en la lista negra, hay personas del Ejecutivo y Legislativo, así como de organizaciones no gubernamentales de Estados Unidos.
Coo Trump tiene un pie en la puerta, Pekín se ha puesto en contacto con el nuevo equipo de Biden, que está pensando en nombrar un delegado para Asia (*), verdadero nudo gordiano el imperialismo.
Biden está, pues, en la línea de Obama, que puso a su pivot en el continente asiático.
Lo más probable es que puesto lo ocupe Jeff Prescott, antiguo asesor del Biden en asuntos asiáticos durante el gobierno de Obama.
La política asiática, como la europea, busca aliados entre los vecinos de China o, dicho de otra manera, va a tratar de enfrentar a los vecinos con China. Se trata de países como Taiwan, Vietnam, Filipinas o Malasia.
Biden intentará rescatar el Tratado del Pacífico, la alianza comercial que ambicionó Barack Obama y que excluiría a China.
Lo que ha colocado al Extremo Oriente en el centro de las preocupaciones de Estados Unidos es, pues, China, que desempaña un papel parecido al que desempeñó Japón en la primera mitad del siglo pasado.
Asia es la salida “natural” para las exportaciones chinas. No obstante, desde este año China ya es el primer socio comercial de Europa.
(*) https://www.ft.com/content/e682694f-9348-41b1-9409-82f48aa62f49