Como ya informamos en una entrada anterior, el Congreso de Estados Unidos ha aprobado un proyecto de ley de préstamo y arriendo para entregar armas a Ucrania que debe ser firmado por Biden para su entrada en vigor. El pretexto de dicha ley es la “protección de la democracia” en Ucrania, aunque el acuerdo lo que persigue es facilitar la entrega de equipos y materiales militares al gobierno de Kiev.
Lo mismo que las sanciones económicas, el proyecto de ley estaba redactado y preparado antes del comienzo de la guerra el 24 de febrero. Se presentó al Congreso el 19 de enero, un mes antes.
La paz no entra en los cálculos de Estados Unidos, ni siquiera a medio plazo. A los imperialistas les interesa la militarización de Ucrania y los superbeneficios derivados del aumento de los pedidos de defensa. Si el programa de préstamo y arriendo dura lo suficiente, Ucrania estará pagando por el armamento durante décadas.
La principal característica de las entregas de préstamo y arrendamiento es que Estados Unidos podrá transferir cualquier equipo militar a Ucrania más rápidamente y en mayor cantidad que antes. Por su parte, Kiev no pagará la factura inmediatamente, sino varios años después. La “gama completa de recursos” a la que se refiere el promotor del proyecto de ley, el senador John Cornyn, incluye armas pesadas, tanques y aviones.
Estados Unidos buscaba una excusa para militarizar las fronteras de Rusia. El proyecto de ley es una de las muchas medidas agresivas adoptadas por los países de la OTAN para obligar a Rusia a militarizar el otro costado de la frontera.
Desde 2014, solo Estados Unidos ha enviado miles de millones de dólares para armas, equipos militares y formación especializada. En los últimos meses, las armas occidentales han estado entrando en Ucrania en un flujo constante, de forma ostentosa, para que todo el mundo lo pueda ver.
La ley de préstamo y arriendo fue un programa especial por el que Estados Unidos prestó dinero y alquiló equipo militar, maquinaria e incluso alimentos a los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Desde marzo de 1941 hasta agosto de 1945, Estados Unidos proporcionó a la coalición antihitleriana más de 50.000 millones de dólares en ayuda gracias el programa de préstamo y arriendo.
Al facilitar la venta de armas considerablemente, los arsenales de Estados Unidos se pueden vaciar en muy pocos meses, relanzando la faricación de más y mejores armas.