Alemania quería digitalizar las operaciones terrestres del Bundeswehr en el marco del proyecto D-LBO (Digitalisierung Landbasierter Operationen), dotado de un presupuesto de 20.000 millones de euros.
Uno de los retos era equipar los vehículos con radios digitales, esenciales para el combate colaborativo, ya que garantizan transmisiones seguras y de alta velocidad de voz y datos.
En diciembre de 2022 el Ministerio de Defensa adjudicó a Rohde & Schwarz, a cargo de Thales, un contrato de 2.900 millones de euros para el suministro de radios definidas por aplicaciones informáticas conjuntas VR500 (SVFuA). El objetivo era equipar a la división que se desplegaría en Lituania antes de 2027.
Sin embargo, la integración de estas radios definidas por aplicaciones informáticas a bordo de los vehículos del ejército alemán no se está desarrollando según lo previsto. En septiembre Der Spiegel informó de que las pruebas de campo se habían suspendido porque estas nuevas radios se consideraban inadecuadas para el uso de las tropas (1).
La interfase de usuario de esta radio digital resultó tan compleja que los soldados solo podían establecer contacto con múltiples participantes con gran dificultad y mucho tiempo.
La situación había provocado el descontento del Ministerio de Defensa, ya que el ambicioso calendario para el despliegue del sistema de radiocomunicación digital se veía comprometido.
Incluso calificándolo de “fracaso rotundo”, Der Spiegel dijo que los problemas radicaban principalmente en las aplicaciones informáticas del sistema, cuyo funcionamiento era tan complejo que solo podía ser utilizado “por expertos en un laboratorio y no por soldados en un tanque de combate”.
Otro problema reside en la integración de estos sistemas de radiocomunicación a bordo de los vehículos. Instalar el sistema en un tanque Leopard 2 requiere dos mecánicos, 200 horas de trabajo cada uno, o cinco semanas, comentó el Süddeutsche Zeitung la semana pasada.
Las comunicaciones tampoco son tan rápidas como se esperaba. Las comunicaciones por radio sufren un retraso constante de tres segundos, un retraso potencialmente fatal en combate o en caso de que se aproxime un dron.
Son como las guerras de Gila. Compartir un mapa digital de una situación táctica puede tardar entre diez y veinte minutos. Para entonces el enemigo ya está lejos.
La idea de que un batallón entero pudiera digitalizarse tras convertir todos sus vehículos en cuestión de semanas ha fracasado. No han logrado instalar correctamente los sistemas en vehículos clave.
La integración de estas nuevas radios en unos 10.000 vehículos de combate y apoyo del Bundeswehr estaba prevista inicialmente para enero de este año. Sin embargo, hasta la fecha, solo se han aprobado ocho de los aproximadamente 150 tipos de vehículos.
En el Bundestag, el presidente de la Comisión de Defensa, Thomas Röwekamp, no se mordió la lebgua. Esto “pone en peligro la capacidad operativa del Bundeswehr y su interoperabilidad con otras fuerzas armadas”, declaró al Süddeutsche Zeitung.
“La seguridad de los soldados también se ve comprometida”, continuó, antes de exigir “total transparencia” sobre estos asuntos. El ministro de Defensa, Boris Pistorius, confirma el fracaso. “Llevamos tiempo lidiando con estos problemas, y no hacen más que empeorar”, afirmó
“Estamos haciendo todo lo posible para que este proyecto llegue a buen término lo antes posible”, aseguró el ministro, añadiendo que lo consideraba un “asunto muy complejo”.
Lo que no falla nunca es dinero. Ha solicitado 156 millones de euros adicionales para resolver estos problemas mediante la contratación de consultores externos (2). Se impone la marcha atrás. Dentro de poco se aprobará una solución híbrida: radios digitales, pero también analógicas.
(1) https://www.spiegel.de/politik/deutschland/bundeswehr-digitalfunk-projekt-geraet-ausser-kontrolle-a-e6c531ca-ee54-4fb0-8b43-cfcf0750615d
(2) https://www.heise.de/en/news/Bundeswehr-s-Digital-Radio-Disaster-Millions-for-Consultants-to-Fix-It-11067142.html