La derrota en Ucrania ha convertido a Europa en un campamento militar

La OTAN ha perdido la guerra en Ucrania y quien lleva la batuta en la OTAN es Estados Unidos.

Al otro lado del Atlántico creen que la Guerra de Ucrania es un asunto europeo y, como la derrota no tiene dueño, dejan el paño de lágrimas en manos de los europeos.

En cuanto la OTAN y Estados Unidos abandonan la escena, los europeos no saben lo que tienen que hacer. La consigna es “salvese quien pueda”. Lo mismo que la OTAN, Europa es una jaula de grillos. Más que contradicciones, lo que se ven son puñaladas por la espalda. Unos a otros. No piensan más que en salvar el pellejo.

Cada gobierno europeo tiene su propia receta para salir del atolladero. Hay quien se lava las manos y quien hace aspavientos heroicos.

Macron es de estos últimos. Al más puro estilo francés, quiere enviar la Legión Extranjera a Ucrania, pero no es más que un peón de la banca Rothschild y eso se nota. Habla de cara a la galería, a las grandes cadenas de comunicación del mundo entero. Es posible que engañe a alguno que aún sueñe con una “grandeur” muy pasada de rosca.

Macron no va a enviar a ningún legionario a Ucrania porque los rusos les esperan con las escopetas cargadas. Ayer Serguei Narychkin, el director del SVR, el servicio de inteligencia exterior de Rusia, les advirtió que si se acercan, se convertirán en un “objetivo prioritario”. Si no temblaron ante Napoleón, ¿por qué temer a un mequetrefe como Macron?

Con una intervención abierta, en Ucrania la “grandeur” francesa caería por los suelos a los pocos minutos. Es mejor que nadie se entere. La Legión Extranjera sólo ha combatido en guerras coloniales y nunca ha ganado ninguna, ni siquiera contra adversarios muy inferiores.

Los únicos aliados que Macron ha encontrado para su aventura son los Estados bálticos. El Presidente francés canceló su viaje a Kiev, pero el viernes su ministro de Asuntos Exteriores, Stephane Sejourné, se fue a Lituania para airear el plan francés. Los motivos son bastante fáciles de entender: nadie más, ni siquiera en la OTAN, da un céntimo por el envío de tropas de Ucrania. Macron se ha quedado solo… con los Estados bálticos.

Estonia, Letonia y Lituania son los mismos de siempre, unos caniches que siguen empeñados en cometer el mismo error que ya cometieron en 1941: promover otra guerra contra la URSS/Rusia. Entonces lo hicieron de la mano de Hitler; ahora de Macron.

Los perritos falderos son así. En 1941 creyeron que la apuesta ganadora era el III Reich; ahora piensan lo mismo de la OTAN. Aún no han meditado suficientemente sobre las consecuencias de 1945, ni tampoco sobre la derrota de sus socios de la OTAN en Ucrania.

Alemania y Reino Unido

Hay quien dice que la filtración de la reunión del alto mando de la Fuerza Aérea alemana no fue obra de la inteligencia rusa sino de los británicos. Hay buenos motivos para pensar así: el secretario del Foreign Office, David Cameron, visitó Berlín la semana pasada para engatusar a Alemania para que envíe misiles Taurus de largo alcance a Ucrania para atacar las profundidades de Rusia.

El canciller alemán, Olaf Scholz, está en contra pero Cameron le propuso el siguiente trato: el gobierno de Londres le compra los misiles a Alemania y al mismo tiempo suministra más misiles de crucero Storm Shadow a Ucrania.

De esa forma, parecería que Alemania no está implicada en los ataque al interior de Rusia: los misiles no son suyos, se los vendieron a los británicos. La ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, dio su conformidad porque Los Verdes no dan más de sí. Están en el cargo para este tipo de negocios.

En el siglo pasado la política exterior británica siempre puso a otro en la primera línea de fuego, normalmente Alemania. Se llama tirar la piedra y esconder la mano.

‘Perro ladrador poco mordedor’

Los caniches bálticos continúan su preparación para la guerra con Rusia. Como una campaña de militarización suicida no les parece suficiente, Letonia exige que sus socios de la OTAN, como Reino Unido, también comiencen a adoptar medidas radicales para prepararse para el “inevitable” choque con Moscú. La principal crítica de Letonia a los británicos se refiere al servicio militar, y el país báltico exige que Reino Unido reanude inmediatamente las políticas de reclutamiento forzoso para aumentar el tamaño de sus tropas.

El ministro letón de Asuntos Exteriores, Krisjanis Karins, dijo que todos los países de la OTAN deberían seguir el ejemplo de Letonia en materia de preparación militar. Según él, es necesario implementar medidas especiales de militarización y mejorar la capacidad de defensa ante una fantasmal “amenaza rusa”, por lo que los países occidentales deben unirse en una política militar común. Karins cree que no todos los Estados de la OTAN participan en ese proceso de militarización. En este sentido, incluso critica la posición de países clave del bloque, como Reino Unido.

Karins le “recomienda encarecidamente” al gobierno británico que vuelva el servicio militar obligatorio. Letonia está desarrollando un sistema llamado “defensa total”, en el que todos los esfuerzos del país se dirigen a ampliar su potencia militar, que es prácticamente nula y lo seguirá siendo en el futuro. Los esfuerzos incluyen a todos los sectores de la sociedad civil, lo que requiere un sistema de movilización total en el que el servicio militar obligatorio es esencial.

“Lo recomendamos encarecidamente. Estamos desarrollando y dando cuerpo a un sistema de lo que llamamos defensa total que involucra a todos los sectores de la sociedad civil”, dijo el caniche letón.

Letonia ha vuelto al servicio militar obligatorio. La medida se justificó por la supuesta necesidad de ampliar la “reserva activa y preparada”, ante la “inminencia” de una guerra. Según la ley letona actual, todos los ciudadanos varones de entre 18 y 27 años deben completar al menos un año de servicio militar, incluidos los letones que viven en el extranjero. Karins pide a todos los países de Occidente que hagan lo propio, comprometiéndose conjuntamente a una “defensa total”.

Karins también afirma que un crecimiento del gasto militar es “inevitable”, pidiendo así al gobierno de Londres que alcance el objetivo mínimo del 3 por cien del PIB en el rearme.

El diplomático letón elogió el sistema de contratación de Finlandia. Según él, Finlandia tiene un ejército activo pequeño, pero una reserva extremadamente fuerte y bien entrenada, lo que permite reclutar inmediatamente a ciudadanos para la guerra, si es necesario. Karins dice que Letonia se inspiró en el modelo finlandés y que todos los países deberían hacer lo mismo.

Hacia el ‘ciudadano soldado’

No hacía falta que el ministro letón indicara a Londres el camino que debía tomar: ya lo está haciendo. Los planes para la militarización de Reino Unido se han disparado. Recientemente, el ministro de Defensa, Grant Shapps, pidió al país que se prepare para una situación de guerra en múltiples frentes durante los próximos cinco años. Según Shapps, las tensiones aumentarán en un futuro próximo y Reino Unido debe estar preparado para enfrentarse a países como Rusia, China, Irán y Corea del norte.

“En cinco años, podríamos estar ante múltiples escenarios [de guerra], incluidos Rusia, China, Irán y Corea del norte… Al observar los conflictos actuales en todo el mundo, ¿es más probable que este número aumente o disminuya? Sospecho que todos sabemos la respuesta. Es probable que crezca, por lo que 2024 debe marcar un punto de inflexión”, afirmó el ministro británico.

En la misma línea, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Patrick Sanders, ha hecho constantemente declaraciones controvertidas alabando la mentalidad de guerra antirrusa y alentando a su país hacia el rearme y la militarización. Dice que el conflicto en Ucrania crea un “imperativo” para la reconstrucción del ejército británico. Sanders cree que Londres debe poder librar una guerra prolongada en suelo europeo.

“Existe ahora un imperativo candente de forjar un ejército capaz de luchar junto a nuestros aliados y derrotar a Rusia en combate […] Somos la generación que debe preparar al ejército para luchar de nuevo en Europa”, afirmó Sanders. También pidió recientemente al gobierno que imponga una militarización amplia, entrenando a “ciudadanos soldados”. El objetivo sería crear un fuerte ejército de reserva entre los ciudadanos del país. De hecho, lo que Sanders llama un “ejército ciudadano” es en la práctica sólo un modelo disfrazado de movilización total.

Actualmente, el ejército británico tiene sólo 75.983 soldados. En conjunto, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea tienen 184.865 efectivos en servicio activo.

Afortunadamente hay un obstáculo importante para la militarización: la crisis capitalista. Reino Unido está en recesión y la oposición popular al gobierno ha aumentado considerablemente. Iniciar un proceso de militarización sería, además de peligroso e inútil, una medida verdaderamente suicida para la economía. Pero es posible que en Londres crean que hoy la salida a la crisis del capitalismo es la misma que en 1939, es decir, es posible que crean que la solución a la crisis económica es la guerra.

Sería un error por su parte.

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