Lord Palmerston en 1855 |
No es posible asegurar ni quién negocia, ni qué es lo que negocia, pero nunca es lo que la mayoría creemos ingenuamente. Como dice una frase atribuida a Lord Palmerston, típica del cinismo colonialista británico, en este tipo de asuntos no hay amigos, ni tampoco principios, sino sólo intereses. A los que carecemos de intereses -y menos intereses de ese tipo- se nos hace difícil entender el comportamiento de los interlocutores.
La prueba más evidente de que Lord Palmerston tenía razón es que en la mayor parte de esas negociaciones no está quien debería, el gobierno legítimo de Siria, mientras que participan otros a los que les resultaría difícil justificar su presencia.
De ello no cabe deducir más que una única conclusión: Siria es el objeto y no el sujeto de las conversaciones, lo que resulta especialmente repugnante, al menos para nosotros, por lo que por medios de nuestras modestas líneas siempre defenderemos a la población masacrada de Siria, al gobierno de Siria y a quienes defienden a ambos de una agresión salvaje que, como está quedando claro, procede de fuera del país y, más exactamente, del imperialismo.
Las negociaciones en curso demuestran que el plan de destrucción de Siria ha fracasado, lo que está conduciendo a que algunos cómplices de la agresión, como Turquía, hayan cambiado sustancialmente su posición y buscan acomodo en la nueva correlación de fuerzas que se está creando porque es irreversible.
El cambio de Turquía es un desafío contra al imperialismo. El gobierno de Erdogan parece haber desistido de su intento de ser admitido dentro de la Unión Europea. Al mismo tiempo se ha enfrentado a Berlín el prohibir que una delegación parlamentaria alemana visite la base aérea de Incirlik, donde hay más de 200 soldados alemanes, varios aviones de reconocimiento Tronade y un avión de avituallamiento.
El Ministerio alemán de Defensa había aprobado un presupuesto especial para reforzar su presencia militar en la base que ahora ha tenido que cancelar. Es un golpe para la OTAN, pero mucho menos importante que el boicot al despliegue naval en el Mar Negro, una respuesta de los imperialistas a la anexión de Crimea por Rusia. Ahora ya no se llevará a cabo porque el gobierno de Erdogan ha anunciado que se retira. La OTAN queda fuera del Mar Negro y de las cosas de Rusia en la frontera sur.
La entrevista pendiente en Erdogan y Bashar Al-Assad, que parecía inminente, se ha retrasado porque los desacuerdos entre ambas partes aún son muy importantes. El periódico libanés As Safir que la anunció, dijo que su celebración estaba prevista en Moscú, lo que fue desmentido por el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores.
Ahora tenemos una nueva confirmación de la suspensión de dicho encuentro por las declaraciones de Bouthaina Chabaane, un consejero de Bashar Al-Assad, a la cadena de televisión Al-Mayadin.
Sin embargo, las conversaciones entre ambas partes, en las que participan diplomáticos rusos, continúan, lo que prueba que existe un interés mutuo en que prosperen. Recientemente el analista rumano Vasilescu ha proporcionado detalles del acuerdo entre Siria, Turquía y Rusia para la entrada del ejército turco en Jarablus, que comprende los siguientes puntos:
1. Ambas partes, Siria y Turquía, han encomendado a oficiales del ejército ruso desempeñar la función de árbitros para controlar la ejecución del operativo militar en el norte de Siria.
2. Se ha impuesto un límite al despliegue de tropas turcas en la región, 8.000 soldados que forman parte de dos brigadas mecanizadas, un regimiento de artillería, un batallón de fuerzas especiales, un escuadrón de F-16 y un equipo de helicópteros, vehículos de asalto anfibio y vehículos de transporte.
3. También se han impuesto límites al territorio sirio por el que el ejército turco se puede desplazar. Se trata de una franja entre las ciudades de Quarah Kubri y Jarablus que tiene 90 kilómetros de ancho para sellar la frontera y 30 kilómetros de profundidad.
4. El gobierno de Turquía se compromete a que los milicianos del “ejército libre de Siria” no actúen en dicha franja sin órdenes expresas de los oficiales del ejército turco.
5. El sistema de misiles rusos S–400 no derribará a los aviones turcos que operen más allá de la franja fronteriza de 90 x 30 cuando ataquen a los objetivos del PKK.
6. Turquía debe retirar del frente a Alepo y de la provincia de Latakia a todos los milicianos yihadistas dirigen sus servicios de inteligencia.