Milo Djukanovic, presidente de Montenegro |
Ambos fenómenos fueron orquestados por los imperialistas y conducen a la creación de redes que son -al mismo tiempo- políticas y criminales. Los movimientos políticos creados por los imperialistas no se pueden deslindar del contrabando de armas, de tabaco ni de drogas. Están a medio camino entre la reacción política y la mafia. El crimen sirve de medio para financiar la política y crear redes clientelares y de intereses que mueven decenas de miles de millones de dólares cada año.
Entre 2013 y 2015 embarcaron en el puerto montenegrino de Bar 3,5 millones de kilos de cigarros destinados a Libia, donde acabaron en poder de Al-Qaeda y el Califato Islámico.
A las redes yihadistas de contrabando están ligados algunas empresas, como “Liberty Fze”, y algunos países, como Emiratos Árabes Unidos, que colabora con la fábrica de tabaco de Podgorica, que hasta febrero pertenecía al nuevo Estado montenegrino surgido del descalabro balcánico de los noventa.
En 2001 el periódico croata “Nacional” ya denunció los “escandalosos” lazos que ligaban al presidente montenegrino Milo Djukanovic con la mafia de los contrabandistas de tabaco en los Balcanes. Pero Djukanovic era la punta de iceberg; toda la cúpula del nuevo Estado eran parte de la misma red contrabandista.
Al principio, el destino del tabaco era Italia, pero tras el desmantelamiento de Libia, ahora ha aparecido el norte de África como mercado controlado por los diversos grupos yihadistas, que obtienen importantes beneficios para seguir destruyendo a los países del norte de África.
El máximo dirigente del partido de la oposición montenegrina “Movimiento por el Cambio”, Nebojsa Medojevic, ha declarado que la intervención del expresidente Djukanopvic en el contrabando de tabaco procedente de los Balcanes no es ninguna novedad.
Lo realmente interesante, dice Medojevic, es que los servicios secretos estadounidenses son quienes están detrás de los yihadistas que se benefician del contrabando de tabaco en Libia y el norte de África.
El crimen organizado en Montenegro ha obtenido su mejor respaldo con la reciente entrada del país en la OTAN que, a su vez, deberá servir de trampolín para el yihadismo, cuyas redes en los Balcanes, especialmente en Kosovo, Bosnia y Bulgaria, no cesan de reforzarse.