Crypto AG se convirtió en la empresa de cabecera del mercado de equipos de cifrado después de la Segunda Guerra Mundial, vendiendo sus equipos por millones de dólares a más de 120 países hasta hace poco.
Entre sus clientes estaban Irán, las juntas militares latinoamericanas, India, Pakistán e incluso el Vaticano.
Pero Crypto AG fue comprada en secreto por la CIA en 1970 como parte de una asociación confidencial con el servicio de inteligencia alemán BND. El servicio alemán se retiró a principios de los 90 y los servicios de inteligencia revendieron Crypto en 2018.
Los dos organismos de contraespionaje manipularon el equipo de la empresa para romper fácilmente los códigos que los países clientes utilizaban para enviar mensajes cifrados.
Siguieron la crisis de los rehenes en la embajada estadounidense en Teherán en 1979, proporcionaron información sobre el ejército argentino a Gran Bretaña durante la Guerra de las Malvinas, siguieron las campañas de asesinatos de las dictaduras militares sudamericanas y sorprendieron a los funcionarios libios después del ataque a una discoteca en Berlín Occidental en 1986 en el que murieron dos soldados estadounidenses.
La operación, denominada Tesauro y luego Rubicón, fue “el golpe de inteligencia del siglo”. La CIA fue elogiada en un informe de 2004. También tuvieron acceso a los documentos reunidos por los servicios de inteligencia alemanes en 2008.
Ni la CIA ni el BND quisieron comentar esta investigación, aunque no negaron la veracidad de los documentos.
El antiguo coordinador de la inteligencia alemana, Bernd Schmidbauer, por su parte, confirmó a la ZDF la existencia de esta operación y la justificó asegurando que Rubicón había hecho posible “un mundo un poco más seguro”.
La empresa sueca Crypto International, que se hizo cargo de Crypto AG, consideró la investigación muy alarmante, asegurando que no tenía ningún vínculo con la CIA o el BND.
Ayer las autoridades suizas aparentaron que no sabían nada y que habían empezado a buscar el 15 de enero…
El espionaje internacional a través de tapaderas comerciales subcontratadas ha continuado luego con las escuchas a Julian Assange mientras estuvo refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, una tarea encomendada por la CIA a una empresa española “de seguridad”, Undercover Global S.L., que no era otra cosa que un tinglado de la CIA (1).
El espionaje dentro de una embajada de Londres está absolutamente fuera del alcance de una empresa “de seguridad” de Jerez de la Frontera, Cádiz, que imparte “cursos de formación” a la policía municipal de Sevilla y tiene licencia fiscal como “agencia de viajes” (2).
En una entrevista a la revista “Magazine”, el cabecilla, miembro de las fuerzas de operaciones especiales españolas, decía lo siguiente: “Surgimos de una inquietud ética diferente. Nuestro horizonte de desarrollo y mapa de relaciones tienen más que ver con las ONG, la sociedad civil, los pescadores, la distribución de ayuda humanitaria y el diseño logístico de actuaciones de rescate en catástrofes” (3).
En efecto, los espías cada vez se parecen más a las ONG, y al revés.
(1) https://www.rt.com/news/474735-assange-spy-lawsuit-undercover-global/
(2) https://www.diariodejerez.es/jerez/UC-Global-Security-Undercover-Jerez-David-Morales-detenido-assange_0_1399060298.html
(3) https://www.lavozdigital.es/cadiz/provincia/lvdi-david-morales-exmilitar-gaditano-reinventado-contratista-investigan-espiar-assange-201910091914_noticia.html