La primera jugada salió mal, pero la Unión Europea vuelve a la carga para colar ChatControl por la puerta de atrás. El borrador legislativo recibe luz verde a puerta cerrada en la sesión ordinaria del grupo de trabajo.
Se espera que los debates comiencen en enero del año que viene y finalicen en marzo.
Tras fuertes protestas públicas, varios estados miembros, incluidos Alemania, Países Bajos, Polonia y Austria, se opusieron, pero ahora la vigilancia regresa, disfrazada.
Oficialmente, se han eliminado las obligaciones explícitas de registro. Pero una laguna en el artículo 4 del nuevo borrador obliga a los proveedores de servicios de correo electrónico, chat y mensajería a tomar todas las medidas apropiadas de “mitigación de riesgos”. Eso significa que les pueden obligar a registrar todos los mensajes privados, incluidos los servicios cifrados de extremo a extremo.
Ahora pueden utilizar algoritmos e inteligencia artificial para realizar un registro masivo de textos de chat privado y metadatos de todos los ciudadanos para palabras clave y señales sospechosas.
La consecuencia es una avalancha de “falsos positivos”, que colocarán a los usuarios bajo sospecha y expondrán masas de conversaciones y fotografías privadas, incluso íntimas, a extraños. La policía alemana ya ha advertido que alrededor de la mitad de todos los informes son criminalmente irrelevantes, lo que equivale a decenas de miles de chats legales filtrados por año.
Como consecuencia de la nueva legislación, cada ciudadano tendría que identificarse o registrar su rostro para abrir una cuenta de correo electrónico o mensajería. Los adolescentes menores de 16 años enfrentan una prohibición general de participar en las redes sociales, juegos en línea y muchas otras aplicaciones con funciones de chat, supuestamente “por su propio bien”.
La aternativa palestina: charlar sin conexión a internet
Los palestinos charlan de forma segura sin conectarse a internet, mediante Bitchat, una nueva aplicación de mensajería. Se puede descargar en el móvil para comunicarse de manera reservada.
Los palestinos dependen de Israel para su acceso a la electricidad, las telecomunicaciones y el enrutamiento de internet. En Gaza los ocupantes instrumentalizan esa dependencia, provocando apagones deliberados que han dejado a los palestinos incomunicados entre sí y con el mundo exterior. La incesante campaña de bombardeos también ha destruido o inutilizado gravemente la infraestructura de comunicaciones.
Incluso cuando los palestinos utilizan métodos de comunicación habituales, sus conversaciones y mensajes pueden ser registrados y grabados, lo que los expone a la vigilancia y a posibles represalias, como en Líbano.
Bitchat permite a los palestinos seguir enviando mensajes incluso cuando no hay conexión. Eso les permite conocer la situación de sus familiares, organizarse y coordinarse dentro de sus colectivos, así como compartir noticias y novedades.
Los móviles no se conectan a un repetidor o a un servidor; se conectan unos a otros directamente mediante bluetooth, y cada terminal ayuda a reenviar los mensajes, lo que permite que la comunicación se extienda mucho más allá del entorno inmediato.
La conexión a internet se puede perder por tres razones. La primera es como consecuencia de un corte o un apagón, que puede ser deliberado o no. Bitchat ha experimentado un aumento significativo en las descargas precisamente en aquellos países donde los gobiernos cortan la conexión a internet, como en Israel, Costa de Marfil o Madagascar.
La segunda es consecuencia de la falta de cobertura en zonas inhabitadas o rurales, a donde los repetidores no alcanzan.
La tercera es por saturación de las redes, cuando el usuario se encuentre en medio un evento muy poblado o con gran concentración de usuarios, como una manifestación. En tales casos es posible enviar un mensaje con Bitchat, siempre que alguien cercano tenga la aplicación y el bluetooth activados.
Bitchat no almacena los datos porque no depende de un servidor central. No hace falta crear una cuenta, compartir el número de teléfono o el correo electrónico, ni siquiera tener una tarjeta SIM para usarlo. Basta elegir un apodo como remite, que se puede modificar.
Además, los mensajes circulan crifrados para que las conversaciones permanezcan en la intimidad. Incluso hay un “botón del pánico” que borra al instante el historial de conversaciones.
La aplicación también cuenta con canales “geohash” que permiten a los usuarios unirse a chats basados en la ubicación.
Por ahora la aplicación solo admite mensajes de texto e imágenes; aún no se pueden enviar audios ni vídeos.