En la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, se proyectó la película “La batalla de Argel” a los estudiantes que se manifestaban contra los crímenes israelíes en Gaza.
Estrenada en 1966, “La batalla de Argel” está clasificada entre las 50 mejores películas de todos los tiempos. Evoca uno de los episodios de la guerra de la independencia de Argelia y describe escenas de la lucha contra el colonialismo francés.
Relata la historia de Ali La Pointe, cuyo nombre ha pasado a la posteridad, y la lucha entre el FLN, la organización que dirigió la guerra, y la décima división paracaidista del ejército francés por el control de la Casbah, una historia vecinal de Argel y bastión de la rebelión.
Nominada tres veces a los Óscar y ganadora del “león de oro” en el Festival de Venecia, Oliver Stone aclamó una puesta en escena llevada al límite de la realidad.
La película, dirigida por el italiano Gillo Pontecorvo a partir de un libro de Yacef Saadi, tuvo, desde su estreno, una repercusión internacional, aunque se topó con la censura en algunos países, como Francia o Sudáfrica, bajo el régimen del apartheid.
Siguiendo la lucha de los movimientos de descolonización, la película inspiró numerosos movimientos antiimperialistas, revolucionarios, obreros y estudiantiles del mundo, como el Mayo francés de 1968.
Es un himno a los pueblos oprimidos, víctimas de la injusticia y la segregación. También constituye una lección sobre el papel de los servicios de inteligencia en todo el mundo y policías enfrentados a la guerrilla.
En 2003, después del inicio de la Guerra de Irak, el Estado Mayor del Ejército estadounidense proyectó la película en el Pentágono para mostrar situaciones que las tropas podrían encontrarse sobre el terreno, particularmente en un entorno urbano. “La Batalla de Argel es un modelo para enseñar la guerra de guerrillas urbana y comprender mejor el desarrollo de la guerra en Irak”, declaró Donald Rumsfeld, entonces secretario de Defensa, que asistió a la proyección.
Hoy la película que se proyecta regularmente en la Escuela de las Américas, un centro de entrenamiento militar estadounidense, cristaliza el interés de los estudiantes de la Universidad de Stanford. Es un manifiesto para los pueblos que aman la libertad y luchan por su emancipación.
En la película Larbi Ben Mhidi, uno de los héroes de la guerrilla, que acababa de ser detenido por paracaidistas franceses, respondió a la pregunta de un periodista sobre el uso de cestas para esconder bombas para colocar en cafés y restaurantes de la capital: “Dadnos vuestros bombarderos, nosotros os daremos nuestras cestas”.
Una respuesta que ha resistido la prueba del tiempo y sigue siendo relevante hoy en día. En la guerra de Gaza está, por un lado, Israel, que utiliza bombarderos y medios militares sofisticados para superar los combates palestinos, cuyas armas se limitan a lanzacohetes y ametralladoras.