Los buitres acechan al olor de la carroña y los bancos entran en liza para reconstruir Ucrania. Después de BlackRock, que se reunió la semana pasada con Zelensky, es el turno del banco estadounidense JP Morgan, que trambién quiere hablar con el gobierno de kiev de la mejor manera de reconstruir un país después de haberlo destruido.
Altos cargos del banco han firmado un memorando de entendimiento con Zelensky con la esperanza de animar al capital privado a participar en la reconstrucción. Se reunieron con el presidente ucraniano en Kiev y hablaron de la creación de un fondo de 20.000 a 30.000 millones de dólares de capital privado.
También hablaron de crear un banco gestionado por empresas afiliadas a Wall Street que invertirán en petróleo, infraestructuras viarias y otros sectores afectados por la guerra.
JP Morgan no es el único banco que quiere hacerse un hueco en la reconstrucción de Ucrania. En diciembre del año pasado, el fondo buitre BlackRock ya se reunió con Zelensky para hablar de lo mismo: la reconstrucción del país.
Zelensky y Larry Fink, consejero delegado de BlackRock, acordaron en una videoconferencia en diciembre coordinar los esfuerzos de inversión para reconstruir Ucrania.
En un comunicado de prensa de 28 de diciembre, la Presidencia ucraniana anunció que Zelensky y Larry Fink habían acordado centrarse, a medio plazo, en coordinar los esfuerzos de todos los posibles inversores y participantes en la reconstrucción de nuestro país, financiando los sectores económicos más afectados.
Los contactos entre el gobierno ucraniano y BlackRock saltaron a los medios el pasado mes de septiembre. La pregunta era si el gobierno de Kiev sería capaz de obtener los 349.000 millones de dólares que necesita para su reconstrucción. Luego la pregunta será otra: ¿serán capaces de devolver el dinero?
Según un informe oficial del Banco Mundial, harán falta 349.000 millones de dólares para reconstruir Ucrania. El Banco Mundial advierte de que la factura, que ya es muy elevada, podría aumentar en los próximos meses.
El Banco estima los daños físicos en 97.000 millones de dólares. Las pérdidas en los sectores del transporte, el comercio y la industria ascienden a varios miles de millones de dólares.
Este dato, y el entusiasmo con el que se reconstruye Mariupol, hacen pensar que la visita del director de la CIA a Moscú fue para negociar el reparto de Ucrania. Parecen confirmarlo la purga del estado ucraniano, y lo obsoleto y escaso del material enviado.
En cualquier caso, esta ruptura de la hegemonía de EEUU, nos beneficia al proletariado español, pues debilita a los cerdos que amparan a los cerdos que nos pisotean.