El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko afirma haber interceptado una conversación entre Varsovia y Berlín sobre la falsificación del envenenamiento del opositor ruso Navalny.
Hoy Lukashenko ha declarado que su país ha interceptado una conversación entre Varsovia y Berlín de la que se desprende que la reciente afirmación de la canciller alemana Angela Merkel sobre el envenenamiento del opositor ruso Alexei Navalny es una falsificación.
“Observando los acontecimientos rusos, me di cuenta de que Occidente tiene una nueva característica distintiva: otra vez el novichok, otra vez envenenamiento. Debo decirle que ayer o anteayer, antes del discurso de Merkel —esta dijo que a Navalny le querían cerrar la boca— interceptamos una conversación… Entendemos que Varsovia habla con Berlín”, afirmó Lukashenko durante una reunión en Minsk con el primer ministro de Rusia, Mijail Mishustin.
El dirigente bielorruso señaló que compartirá la grabación junto con la transcripción con el FSB, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia, y también se lo dará a leer a Mishustin. Según Lukashenko, la grabación “claramente dice que es una falsificación: no hubo ningún envenenamiento de Navalny”.
“Que yo entienda, un grupo de especialistas prepararon los hechos para la Administración de Merkel y a lo mejor también las declaraciones que hizo. Lo hicieron para —voy a citarlo— ‘quitarle las ganas a Putin de meter las narices en los asuntos de Bielorrusia’”, declaró Lukashenko.
El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, ha señalado que el Kremlin de momento no dispone de los detalles acerca de los datos de los servicios de inteligencia de Minsk que apuntan que el envenenamiento de Navalny pudo haber sido falseado.
Ayer el gobierno alemán anunció que tenía “pruebas inequívocas” de que Navalny fue envenenado “por un agente nervioso del tipo novichok”.
El 20 de agosto Navalny fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Omsk después de desvanecerse en el interior un avión que iba a llevarlo de vuelta a Moscú desde Tomsk, en Siberia.
De Omsk fue trasladado a un hospital de Berlín, donde el ejército le ha examinado, concluyendo con que la causa de su estado era el envenenamiento.
Un envenenamiento con novichok habría causado la muerte a Navalny y no un coma, según uno de los científicos que desarrollaron el tóxico.