Nadie calificó su independencia como una “revolución”, seguramente porque fue todo lo contrario, una contrarrevolución. Kirguistán salió de la URSS para firmar inmediatamente después, en 1993, un acuerdo de “cooperación” con Estados Unidos que otorgaba la condición diplomática al personal militar estadounidense y permitía que los imperialistas negociaran sin pagar impuestos ni aduanas.
Además, Estados Unidos instaló una base militar en Manas, cerca de la capital, que utilizó para sus operaciones en Afganistán. Desde 2001 transitaron por ese complejo cinco millones y medio de tropas.
Varios incidentes, como el asesinato de un civil y rumores de vaciado de combustible locales, resultaron en las protestas de la población local contra la base imperialista, exigiendo su cierre.
A Kirguistán le ocurre como a Ucrania. Parece que Moscú tiene un imán atractivo. Muchas de las antiguas repúblicas nacidas del vientre de la URSS son como ese hijo pródigo que regresa tras haberse marchado.
Pero al imperialismo esos retornos no le gustaron, lo mismo que a la pequeña burguesía, que los califica como “expansionismo ruso”, que es como salir de casa para ir al rellano de la escalera para decirle al vecino que deje de meter ruido porque no deja dormir.
En 2005 el imperialismo orquestó una “revolución” a la que llamaron “de los tulipanes” para impedir que Kirguistán volviera a encontrarse con Rusia.
Fue inútil. El gobierno kirguís ha cerrado la base aérea y el mes pasado anuló el acuerdo firmado hace 10 años con Estados Unidos. El imperialismo pierde así otro importante punto de apoyo en Asia central. De esa manera va a ser difícil que Kirguistán se convierta en un foco de yihadismo y desestabilización, como Irak o Libia.
Por lo demás, la decisión es coherente con la decisión del gobierno kirguís de formar parte de la Unión Eurasiática y de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, junto con Kazajistán y Tayikistán. Se trata, pues, de un alineamiento lógico de Kirguistán con Rusia y con China, sus vecinos.
Para justificar la ruptura con Estados Unidos el presidente kirguís Atabaiev criticó duramente a Estados Unidos por tratar de crear un estado de “caos controlado” por la decisión del Departamento de Estado de condecorar a Azimion Askarov, condenado a cadena perpetua por organizar enfrentamientos interétnicos ente uzbekos y kirguises en 2010 que causaron la muerte de más de 100 personas.
El de 2010 es uno de tantos incidentes que se han producido entre Estados Unidos y Kirguistán y que han acabado en otro giro de turca en la políitica exterior del gobierno centroasiático. El 8 de mayo el embajador llevó a cabo una de sus típicas provocaciones: felicitó a Kirguistán por su participación en la Segunda Guerra Mundial, sin mencionar a la URSS, de la que formaba parte, ni tampoco a Rusia.
El 25 de junio un vídeo en Youtube mostraba una afable entrevista del embajador con un lacayo local de los que se dedican a fabricar revoluciones de colorines en las antiguas repúblicas soviéticas. Es el doble juego de Estados Unidos, que con una mano firma un acuerdo de “cooperación” con el gobierno y con la otra organiza la desestabilización.
Recientemente se produjo el aterrizaje en el aeropuerto de la capital, Biskek, de un misterioso vuelo de un avión Antonov, seguramente procedente de Ucrania, del que se sospecha que trasladaba 150 toneladas de documentación diplomática confidencial de la embajada. Lo más probable es que allí estuvieran los proyectos imperialistas dirigidos, no sólo contra Kirguistán, sino también contra China en la región fronteriza de Xinjian.
No sé si tendrá relación con esta noticia o es un error al confundir el país una de las dos fuentes. Pero en el portal de noticias sobre Rusia "Sputniknews.com" hablan también de la suspensión de la actividad en la embajada EstadoUnidense de TAYIKISTAN que es el país que está justo debajo del que habláis en este artículo.
¿coincidencia o error de identificación geográfica ?
mundo.sputniknews.com/politica/20150904/1041063527.html
Saludos