Que se informe de que tal o cual puerto de montaña está cerrado al tránsito o que es necesario el uso de cadenas está muy requetebién, pero es suficiente, salvo que se quiera rellenar minutaje de programa y de tiempo para echar un cigarrillo en la emisora. De un tiempo a esta parte se habla de “sensación térmica” dizque el mercurio marca equis grados pero, ah, la “sensación térmica” es otra. El otro día ví a una dama experta en la cosa meteorológica diciendo que la expresión “sensación térmica” (thermal sensation) es un “invento” (sic) de los weathermen norteamericanos, los “hombres del tiempo”(*) y marianomedinas (para los que sean ya carrocillas) de los canales televisivos (privados) gringos, a principios de los años ochenta del siglo pasado. Que le pregunten a una persona acostumbrada al cierzo lo que es la “sensación térmica”, concluía esta señora pelín molesta con tanta chorrada. En mi pueblo, cuando hacía frío, siempre decíamos esto so pena de pedestre: “hace un frío de cojones”. Todo el mundo lo entendía, barómetros (bares por metro cuadrado) aparte. Es posible que esté banalizando, lo admito.
Pero, ¿no habíamos quedado en que el planeta se calienta? ¿No se amedrenta el personal con el cacareado “cambio climático”? No bastan las “vacas locas” (ya ni dios se acuerda de ellas y la “encelopatía espongiforme”) en su día o las gripes aviares, el ébola y otros males apocalípticos, cual plagas bíblicas, para que dé hasta por saco, por no decir otra cosa, salir de casa a tomar unas cañas, o unos vinos, tranquilamente. Resulta que no sólo no hay “calentamiento global”, sino que en invierno…¡nieva! Cágate lorito…
Cambios climáticos ha habido toda la puta vida. A ver si lo que va a haber es lo contrario y nos están engañando: ¡enfriamiento global Algo que cierta agricultura agradece como el espárrago, al igual que el tomate precisa de calor en verano, al menos en las huertas naturales. Hace algunos años, no muchos, nevó en el desierto del Sahara argelino. ¿Increíble? No, por cierto. Pero sí noticiable, porque es más excepcional que habitual y, sin embargo, no se dijo apenas nada cuando, curiosamente, vendría -la noticia- de perlas a los defensores del terrorífico “cambio climático”. También nevó en 2005 en Melilla. Y en los valles de Kenia y no solamente en las montañas nevadas del Kilimanjaro . ¿Diremos que es la mano del hombre la que daña y destroza la Naturaleza? Para mí tengo que es la rapiña del capitalismo, fundamentalmente, básicamente, quien lo hace que, encima, nos quiere acojonar con inventos como el “cambio climático” mientras la crisis galopa y corta el viento…
(*) El interés por “el tiempo” (climático, no el filosófico) tiene un origen militar (como internet).
El cambio climático no es ninguna puta estafa, eso les gustaría a los capitalistas chinos… entre otros. Si creéis que es un invento capitalista preguntad a cualquier anciano por "el tiempo" que hacía hace medio siglo en invierno.