Japón y Corea del sur soportan la hegemonía de Estados Unidos en Extremo Oriente

En todas las guerras se cumple el principio de que se inicia con la cabeza está puesta en la anterior. Hoy quienes hablan de “guerra mundial” esperan algo parecido a la Segunda Guerra Mundial, y cualquier otra cosa no les parece suficientemente “mundial”, sobre todo si los protagonistas no son grandes potencias.

Pero en la modernas “guerras mundiales” las potencias no dan la cara de plano; recurren a países sicarios, cuyo ejemplo más característico es Ucrania. En el caso del Extremo Oriente, donde el objetivo es China, los sicarios son Taiwán, Japón y Corea del sur. Pero el gran padrino no es otro que Estados Unidos, siempre presto a ayudar a sus perritos falderos.

Estados Unidos intenta rodear a China con una red de cientos de bases militares mientras construye una alianza militar con Corea del Sur y Japón, dos países forjados desde 1945 por el gran padrino.

Estados Unidos ocupa Japón desde el final de la Segunda Guerra Mundial, con más de 54.000 soldados estacionados en 120 bases militares. También ha interferido fuertemente en la política japonesa, financiando y apoyando al Partido Liberal Democrático (PLD), que ha permanecido en el gobierno casi continuamente desde la década de los cincuenta. A cambio, el PLD permite que el ejército estadounidense haga lo que quiera en Japón.

Los gobiernos japoneses han sido los más leales y serviles del mundo. A pesar de las protestas populares, sirven a la hegemonía estadounidense en la región. La nueva base marítima estadounidense de Okinawa la está construyendo y pagando el gobierno japonés.

El espacio aéreo japonés también lo controla Estados Unidos.

Del mismo modo, Corea del Sur es otro buen modelo de país moderno y desarrollo, el contrapunto perfecto de Corea del norte, que es ejemplo de lo peor que alguien puede imaginar.

Pero durante gran parte de su historia, Corea del Sur estuvo gobernada por una brutal junta militar que masacró a sus oponentes progresistas, preparando el escenario para un clima de miedo en todo el país.

Ahora el sistema político se ha puesto a la altura; es homologable a sus padrinos occidentales, a pesar de una ley de seguridad nacional que permite al gobierno procesar a cualquier oponente político progresista, sindicalista o defensor de los derechos humanos con el pretexto de que están confabulados con el norte.

Al igual que Japón, Corea del sur también fue ocupado militarmente por Estados Unidos en 1945, que todavía mantiene allí decenas de miles de tropas. La presencia estadounidense constituye un factor importante que obstaculiza la posibilidad de unificación coreana.

Estados Unidos siempre se ha opuesto a la unificación. La parte sur debe formar parte de la misma plataforma estratégica que Japón en el Extremo Oriente. El objetivo de la alianza trilateral es mantener a las tropas estadounidenses allí permamentemente.

Corea nunca será un único país mientras haya tropas estadounidenses.

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