Un yihadista sirio acarrea armamento israelí |
Esta revelación marca una ruptura directa con la anterior política mediática de Israel en estos temas. Hasta la fecha, Israel había insistido en que ha prestado asistencia humanitaria sólo a los civiles, a través de los hospitales de campaña en los Altos del Golán y en los centros de salud en el norte de Israel, y se ha negado sistemáticamente a hacer comentarios sobre cualquier otro tipo de ayuda.
El oficial israelí de mayor rango admite ahora que la posición oficial de su país sobre la Guerra de siria era mentira, comenta el diario israelí Haaretz (*), sugiriendo la posibilidad de que haya “algún tipo de oficiales de enlace israelíes integrados” en los grupos armados.
No es nada sorprendente. Israel tiene una larga trayectoria en guerras no convencionales. Esta forma de guerra se define en la Ley de Autorización de la Defensa Nacional del gobierno de Estados Unidos para el año fiscal 2016 como “las actividades llevadas a cabo para permitir que un movimiento de resistencia o insurgencia coaccione, interrumpa o derrote a una potencia o gobierno ocupante operando por o con una fuerza clandestina, auxiliar o guerrillera en una zona prohibida”.
Israel no puede comprometer tropas en operaciones abiertas a gran escala en Siria para derrocar al gobierno actual, dice Haaretz. “Es mucho más razonable y realista identificar y apoyar a un socio local capaz de ayudar a Israel a lograr sus objetivos estratégicos”.
Desde el comienzo de la guerra en 2011 los detalles del plan de Israel para apoyar a los grupos yihadistas en Siria han sido escasos.
Los primeros informes se publicaron a finales de 2014. Uno de ellos describe que los miembros de la ONU vieron que los yihadistas sirios trasladaban a los pacientes heridos a Israel, así como a soldados del ejército israelí que entregaban dos cajas a yihadistas armados en el lado sirio de a frontera.
En el mismo informe se afirma que los observadores de la ONU dijeron que vieron a dos soldados del ejército israelí en el lado oriental de la valla fronteriza abrir la puerta y dejar entrar a dos personas a Israel.
Desde entonces, una corriente constante de informes similares ha seguido detallando los contactos entre Israel y los yihadistas. En 2014 Elizabeth Tsurkov escribió un artículo para War On The Rocks, en el que identifica a Liwaa Fursan Al-Jolan y Firqat Ahrar Nawa como dos grupos que recibían apoyo israelí y nombra a Iyad Moro como “la persona de contacto de Israel en Beit Jann”, añadiendo que las armas, las municiones y el dinero son la principal forma de asistencia militar de Israel a los yihadistas.
Un informe de la ONU de 2017 asegura que miembros del ejército israelí pasaron de contrabando suministros a través de la frontera con Siria a personas armadas no identificadas que se les acercaron con convoyes de mulas. Aunque Israel afirma que esos compromisos eran de carácter humanitario, ello no explica la presencia de armas entre las personas no identificadas que recibían los suministros.
En un artículo escrito para la revista Foreign Policy en septiembre de 2018, Tsurkov volvió a insistir en que Israel apoyaba a las milicias sirias con fusiles de asalto, ametralladoras, lanzadores de morteros y vehículos de transporte, que se entregaban a través de tres puertas que conectaban los Altos del Golán ocupados por Israel con Siria, las mismas puertas que Israel utilizaba para entregar ayuda a los residentes del sur de Siria.
El artículo fecha el inicio de esta ayuda en 2013.
Sin embargo, lo único que hasta ahora había admitido Israel era la denominada “Operación Buena Vecindad”, que se puso en marcha en junio de 2016 con el objetivo de prestar asistencia humanitaria al mayor número posible de personas, manteniendo al mismo tiempo la política oficial de no participar en la guerra.
Está claro que eso es mentira, afirma Haaretz, porque incluso antes de su lanzamiento oficial, Israel estaba comprometido en el apoyo a los yihadistas que combatían contra el gobierno de Damasco.
El periódico israelí considera, además, que la Operación Buena Vecindad era una cortina de humo para los esfuerzos de guerra no convencionales y encubiertos de Israel en Siria.
La Operación se inició oficialmente sólo meses después de que el gobierno de Assad iniciara su contraofensiva respaldada por Rusia contra los yihadistas, y cesó cuando fueron expulsados del sur de Siria en septiembre de 2018.
“La pérdida de credibilidad pública [de Israel] puede obstaculizar considerablemente su capacidad de realizar operaciones de influencia en el futuro”, concluye el periódico israelí.
(*) https://www.haaretz.com/israel-news/.premium-israel-just-admitted-arming-anti-assad-syrian-rebels-big-mistake-1.6894850