Israel adiestró a los escuadrones de la muerte colombianos

Colombia e Israel han disfrutado durante mucho tiempo de estrechos vínculos. Israel proporcionó al país sudamericano equipo militar y entrenamiento. El fallecido presidente venezolano Hugo Chávez llamó a Colombia el “Israel de América Latina” por su papel como representante de Estados Unidos y plataforma para mantener el control de la región.

En 2013 el entonces presidente colombiano, Juan Manuel Santos, se jactaba de que “si alguien llamara a mi país el Israel de América Latina, estaría muy orgulloso. Admiro a los israelíes y lo consideraría un cumplido”.

El 16 de octubre del año pasado, Colombia exigió que el embajador de Israel, Gali Dagan, abandonara el país. “Al menos pida disculpas y váyase”, dijo el canciller Álvaro Leyva. Se produjo un día después de que Israel detuviera las exportaciones de armas a Colombia.

“Si tenemos que suspender nuestras relaciones exteriores con Israel, las suspenderemos. No apoyamos los genocidios”, dijo el presidente colombiano Gustavo Petro en un mensaje.

La disputa diplomática estalló en respuesta a las duras críticas de Petro a la limpieza étnica de Israel en la Franja de Gaza, en la que comparó al ejército israelí con los nazis. Eso llevó al Ministerio de Asuntos Exteriores israelí a convocar a la embajadora de Colombia, Margarita Manjarez.

Israel hizo en Colombia lo que mejor sabe hacer. Desempeñó un papel clave en la transformación del país latinoamericano en un narcoestado aterrorizado por los escuadrones de la muerte que, en colaboración con el ejército local, cometieron lo que un tribunal colombiano llamó un “genocidio político” contra la Unión Patriótica, un partido político nacido de las negociaciones de paz de 1985 entre el presidente Belisario Betancourt y las FARC.

Petro recordó aquella sangrienta historia cuando rompió lazos diplomáticos con Israel. “Un día el ejército y el gobierno de Israel nos pedirán perdón por lo que sus hombres le hicieron a nuestro país, desencadenando el genocidio. Los abrazaré y llorarán por el asesinato de Auschwitz y Gaza, y por el Auschwitz colombiano”, dijo.

El Presidente colombiano puso dos nombres israelíes a la matanza: “Ni Yair Klein ni Rafael Eithan podrán contar cuál es la historia de la paz en Colombia. Ellos iniciaron la masacre y el genocidio en Colombia”.

Coronel del ejército israelí, Yair Klein fundó la empresa de mercenarios Spearhead, que proporcionaba armas y entrenamiento al ejército sudamericano. Rafael “Rafi” Eithan, del que ya hablamos en otra entrada, era general del mismo ejército, antiguo jefe del Estado Mayor y miembro del Parlamento de Tel Aviv.

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