El plan de reestructuración de ING tiene como objetivo incrementar la rentabilidad del banco, cuyos márgenes se han estrechado en un entorno de bajos tipos de interés, de cara a 2020.
Actualmente el banco dispone de 726 sucursales en Bélgica, de las cuales un tercio están franquiciadas, y prevé cerrar las menos rentables hasta reducir su red a cien establecimientos, sin tener en cuenta las franquiciadas.
Entre los trabajadores afectados por la medida, casi la mitad de los 9.000 empleados de ING en Bélgica, algunos serán jubilados, mientras que otros serán directamente despedidos. A otro grupo de empleados se les ofrecerán unas peores condiciones laborales, ya que pasarán a trabajan en sucursales franquiciadas.
Asimismo, la cabecera belga adelanta que ING también podría anunciar el lunes la absorción de Record Bank, ya que los consejos de administración de ambas entidades mantienen reuniones extraordinarias a la misma hora del próximo lunes.