La Audiencia Provincial de Madrid condenó a Moreno García y a otros cuatro policías a la pena de 48 años de inhabilitación especial y a cinco meses y medio de arresto por torturas y de detener ilegalmente a siete personas, entre ellas un abogado. Los hechos por los que fueron condenados sucedieron la noche del 29 de abril de 1982, cuando siete policías detuvieron en el barrio de Malasaña de Madrid a varios peatones «sin causa alguna».
El texto de la sentencia refleja varias agresiones a los detenidos. Héctor Moreno García restregó la cabeza de uno de los detenidos por la basura. El tribunal reconoce que los detenidos fueron puestos en fila en comisaría con las manos apoyadas en la pared mientras los policía les llamaban «canallas e hijos de puta» y les decían que les iban a matar a todos.
El 3 de julio de 1998 el gobierno de Aznar estudió el indulto de Héctor Moreno García y decidió conmutarle la pena de inhabilitación especial impuesta, por otra de suspensión por el plazo de seis meses y un día.
Sólo dos años después de haber sido condenado por las torturas, en 1996, Moreno García fue ascendido a inspector jefe y, seis años después, en 2002, fue nombrado comisario. El policía ha sido jefe de Brigada en Bilbao, jefe de Interpol en la Comisaría General de la Policía Judicial, jefe de la Unidad de Relaciones Comunitarias y Bilaterales en la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, así como responsable de la Brigada Central de Investigación en la Comisaría General de Policía Judicial.
El nombramiento de Héctor Moreno García como nuevo jefe superior de la Policía Nacional de Cantabria fue publicado en el Boletín Oficial del Estado el pasado 28 de marzo. El ministro del Interior y responsable de su nombramiento, Juan Ignacio Zoido, destacó el pasado 6 de abril que tiene muchísima confianza en él. Durante la rueda de prensa, el ministro subrayó el compromiso del gobierno con la “seguridad y libertad”. Se le olvidó añadir: y la impunidad.