Serguei V.Iliushin |
Los equipos embarcados en el Il-22pp Porubschik analizan las señales de radio para detectar las frecuencias utilizadas por la aviación adversaria. Después activan un sistema de interferencia que perturba el funcionamiento del dispositivo electrónico del enemigo.
Se trata de un nuevo equipo para un chasis bastante viejo. Los Iliushin se concibieron en la Unión Soviética a principios de 1970 para servir de cabina de mando para la fuerza aérea roja. Se trata de un cuatrimotor capaz de volar a más de 700 kilómetros por hora a una altitud superior a los 10.000 metros.
En los ochenta los Iliushin se rediseñaron para soportar equipos de radio modernos en los que podía trabajar una tripulación de hasta 147 miembros.
Se construyeron 33 unidades, la mayor parte de las cuales se redistribuyeron entre las repúblicas surgidas del desmembramiento de la Unión Soviética. Los que quedaron el poder de Rusia pasaron a manos de la empresa aérea Aeroflot.
La Oficina de Diseño Aeronáutico Iliushin la fundó en 1933 el soviético Serguei V. Iliushin, un caso único que sólo se explica por el impulso que recibieron la clase obrera y el campesinado tras la Revolución de Octubre. Iliushin, fallecido en 1977, carecía de ningún título académico; como tantos otros grandes científicos e ingenieros soviéticos, era un autodidacta. Empezó trabajando en la construcción, luego de jardinero y posteriormente en la limpieza de los aeropuertos.
Desde el último escalón de la sociedad que cabe imaginar, llegó a convertirse en el diseñador de los aviones que llevan su nombre, prodigios de la tecnología más avanzada. La Unión Soviética fomentó que aquel humilde trabajador de la limpieza pasara de la escoba a las matemáticas, la física y la química.
Por las noches estudió mecánica de aviones y luego aprobó el examen para el título de piloto de aviación. Tras la Revolución Socialista se afilió al Partido bolchevique y durante la Guerra Civil le enviaron al frente como mecánico de aviones, comisario militar y jefe del tren de mantenimiento de aeronaves. En 1926 se graduó en la Academia y en 1931 fundó y dirigió la conocida oficina de vanguardia Iliushin, que hoy es una de las empresas más reputadas del mundo en el diseño y fabricación de aviones comerciales de largo alcance.