La empresa china Huawei sufre el bloqueo estadounidense. El viernes presentó los libros de contabilidad, que registran un fuerte descenso de sus resultados. En los tres primeros trimestres, es decir, entre enero y septiembre, sus ventas cayeron más de un 32 por ciento, hasta 456.000 millones de yuanes (71.300 millones de euros).
Desde la etapa de Trump, Estados Unidos no ha escatimado esfuerzos en los últimos años para poner obstáculos a Huawei. El gigante chino ya no puede abastecerse de tecnologías estadounidenses, de las que dependen gran parte de sus actividades. El fabricante de equipos de telecomunicaciones, número uno del mundo por delante de los europeos Ericsson y Nokia, ha sido expulsado de muchos mercados de 5G en Estados Unidos y Europa.
Algunos pensaron que la llegada de Biden a la Casa Blanca aliviaría las sanciones contra Huawei. Pero eso no ha ocurrido. Washington sigue adelante con su bloqueo. Esta semana pidió a otra empresa china, China Telecom, que cesara todas sus actividades en Estados Unidos, por razones de “seguridad nacional”.
Huawei reconoce que su negocio de consumo, en particular los móviles, se ha visto muy afectado por el bloqueo. Para salir del atolladero está apostando por otras áreas del holding, como el desarrollo de su negocio “Enterprise”.
En el ámbito de las telecomunicaciones, no pretende limitarse a suministrar equipos y antenas 5G a los operadores. Desde hace tiempo quiere desempeñar un papel en la digitalización de diversos sectores empresariales. Su objetivo es ofrecer toda una gama de servicios, combinando la nube y la inteligencia artificial, para que las empresas sean más competitivas.
Huawei ha invertido también en coches autónomos, puertos y energía.