Según los mensajes, mientras que el Departamento de Estado estaba elaborando estrategias sobre la mejor manera de apartar del gobierno a Zelaya, Hillary Clinton sugirió usar a Lanny Davis, como canal de comunicaciones con Roberto Micheletti, el presidente golpista.
Durante ese período Davis trabajó como asesor de un grupo de empresarios hondureños que habían apoyado el golpe de Estado perpetrado en 2009 contra Zelaya, el presidente destituido que había llevado a cabo una serie de pequeñas reformas. Los altos oficiales militares le destituyeron y le enviaron a Costa Rica.
El movimiento golpista lo desencadenaron los viejos dirigentes más reaccionarios del país, que se opusieron a la propuesta de Zelaya de celebrar un referéndum no vinculante sobre la Constitución, afirmando que era algo ilegal.
En uno de los correos electrónicos dirigido a sus empleados, Hillary Clinton discutió la posibilidad de que Davis la ayudara a hablar con Micheletti. La demanda para hablar con Davis llegó el 22 de octubre de 2009, un punto de inflexión crucial para el gobierno “de facto” que había derrocado a Zelaya.
Una semana después, Clinton y sus asesores negociaron un acuerdo para llevar a Zelaya de vuelta al poder a través de un gobierno de unidad nacional, pero el acuerdo no presentó un “gran avance”.
Sin embargo, se creó un vacío legal que proporcionó al legislativo hondureño golpista poder de veto sobre el regreso de Zelaya. El supuesto plan se vino abajo y el gobierno golpista patrocinó unas elecciones fraudulentas que hicieron imposible el regreso de Zelaya.
Clinton entregó en diciembre de 2014 alrededor de 30.000 mensajes vinculados con sus funciones (2009-2013) para ser oficialmente archivados, sin embargo borró cerca de otros 32.000 con el pretexto de que eran personales.
Aunque Clinton es la candidata del Partido Demócrata para las elecciones de 2016, últimamente en Estados Unidos exigen su retirada de la vida política por su responsabilidad en la actual situación de Libia, una vez derrocado el régimen de Gadafi en 2011.
El compañero oficial de Clinton en la candidatura a la vicepresidencia es Tim Kaine, quien estuvo en Honduras como misionero jesuita en 1980. El que dirige su campaña electoral es otro hondureño, Marvin Figueroa, dirige la campaña de Hillary Clinton.
Además de Clinton, en el golpe intervino el subsecretario de Estado adjunto para los Asuntos del Hemisferio Occidental, Craig Kelly quien, por sus aficiones golpistas, poco después fue rechazado como embajador de Estados Unidos en Venezuela. Ahora es director de ExxonMobil para el continente americano.