Por más que Ferreras y su pandilla de becarios de “Al rojo vivo” se empeñen en lo contrario, la colusión de Trump con Rusia, una consigna lanzada en las elecciones presidenciales de 2016, fue “el truco sucio del siglo”, que posteriormente ha servido de modelo para que los medios intoxiquen acerca de la “influencia rusa” en otras votaciones, como el Brexit.
El “truco” llegó de arriba, de la candidata del partido demócrata Hillary Clinton, según confesó el viernes el director de su campaña electoral, Robby Mook, ante un tribunal federal.
Mook testificó en el juicio que el abogado especial John Durham ha iniciado contra Michael Sussmann, el abogado acusado de mentir al FBI. En septiembre de 2016, Sussmann declaró al FBI que Trump tenía una conexión secreta con el banco ruso Alfa Bank y dijo que no actuaba en nombre de ningún cliente. Los fiscales dicen que trabajaba para la campaña de Clinton.
Los fiscales presentaron pruebas de que Sussmann trabajó con la empresa de investigación de la oposición Fusion GPS para desarrollar estas afirmaciones en nombre de la campaña de Clinton y pasarlas al FBI. Un agente del FBI declaró que un análisis de la oficina descartó rápidamente las afirmaciones como inverosímiles.
Los fiscales interrogaron a Mook sobre su papel en la divulgación de las reclamaciones de Alfa Bank a la prensa. Mook reconoció que la campaña carecía de la experiencia necesaria para verificar los datos, pero la decisión de divulgar las declaraciones de Alpha Bank a un periodista fue tomada por Mook, el asesor político Jake Sullivan (ahora asesor de seguridad nacional de Biden), la directora de comunicaciones Jennifer Palmieri y el director de campaña John Podesta. Mook dijo que el plan fue presentado a Clinton y ella lo aprobó.
El 31 de octubre de 2016, Sullivan emitió un comunicado en el que decía: “Este podría ser el vínculo más directo hasta la fecha entre Donald Trump y Moscú”. Clinton reprodujo en Twitter la declaración de Sullivan con el comentario: “Al parecer, los informáticos han descubierto un servidor secreto que vincula a la Organización Trump con un banco de propiedad rusa”.
La campaña electoral de Clinton difundió una falsedad y los medios la alimentaron. El equipo de campaña transmitió las acusaciones al FBI, dando a los periodistas la carnaza necesaria para seguir con el bulo un año tras otro.
Así se creó la leyenda de la desinformación rusa, que ha sido el pretexto para que los servicios secretos, como el CNI en España, creen organismos para controlar a quienes difunden informaciones que no tienen nada que ver con las habituales intoxicaciones oficiales.
—https://www.wsj.com/articles/hillary-clinton-did-it-robby-mook-michael-sussmann-donald-trump-russia-collusion-alfa-bank-11653084709