¿Han provocado los experimentos con armas biológicas el brote de brucelosis que padece Estados Unidos?

El reciente libro de Kris Newby, “Bitten: The Secret History of Lyme Disease and Biological Weapons” (Picadura: la historia secreta de la borreliosis y las armas biológicas), ha levantado mucho revuelo en Estados Unidos.

Su tesis es que el actual brote de borreliosis en Estados Unidos es el resultado de un experimento militar con armas biológicas. El libro incluye entrevistas con Willy Burgdorfer, un científico estadounidense de origen suizo que identificó la enfermedad en 1982. Murió en 2014, pero la bacteria causante de la enfermedad, Borrelia burgdorferi, lleva su nombre (y no tiene nada que ver con Josep Borrel).

El congresista de Nueva Jersey Chris Smith ha pedido la apertura de una investigación por parte del Pentágono sobre la denominada enfermedad de Lyme, una infección bacteriana que se adquiere por la picadura de las garrapatas.

El 11 de julio la Cámara de Representantes aceptó iniciar las pesquisas para averiguar si entre 1950 y 1975 se llevaron a cabo experimentos con armas biológicas utilizando garrapatas u otros insectos.

Actualmente hay una explosión de pacientes que padecen la enfermedad de Lyme y otras enfermedades transmitidas por garrapatas en Estados Unidos. Se calcula que cada año se diagnostican entre 300.000 y 437.000 nuevos casos y entre el 10 y el 20 por ciento de los pacientes con la enfermedad de Lyme.

En el libro Burgdorfer explica que él personalmente trabajó para inocular a los insectos con enfermedades transmisibles a los humanos y que las garrapatas infectadas fueron liberadas “accidentalmente” en barrios residenciales.

Llueve sobre mojado. En 2004 el libro “Laboratory 257: The Disturbing History of the Secret Government Biological Laboratory on Plum Island” ya planteó una tesis similar, afirmando que tras la Segunda Guerra Mundial los estadounidenses habían acogido a científicos del III Reich para trabajar con armas biológicas. Aunque el Laboratorio 257 tiene su sede cerca de Lyme, no hay pruebas de ninguna conexión entre las investigaciones realizadas en aquel momento y el descubrimiento de los primeros casos que aparecieron 25 años después.

En octubre del año pasado Darpa, la agencia de investigación del Pentágono, puso en marcha un programa llamado “Insect Allies” (*), destinado a inocular insectos con virus para modificar las características genéticas de las plantas.

Lyme es una pequeña ciudad de Connecticut que da nombre a la enfermedad pero, a pesar de ello, no se ha originado en Estados Unidos porque ya se conoció en Europa en el siglo XIX y no tenía nada que ver con ningún experimento biológico.

(*) http://www.darpa.mil/program/insect-allies

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