El adjetivo de moda: conspiranoico. La forma de reducir una idea al absurdo con objeto de denigrarla: teoría de la conspiración.
No vamos a proponer una tesis alternativa del origen y trasfondo del coronavirus, sino que vamos a hacer un ejercicio de seis puntos, consistente en hacer una simulación sobre todo lo que está ocurriendo en estas últimas semanas, pero purgando el manido coronavirus de la ecuación.
Esta historia simulada habría empezado en enero de 2020.
2. Las principales empresas recortan actividad
Esto ha traído como consecuencia despidos masivos en varios sectores. El caso de Acciona, contratista de la fábrica Ford de Almussafes (Valencia) es el laboratorio de una crisis generalizada. Aparte, el sector agrícola se ha echado a la calle a tenor de la caída de sus ingresos y la especulación en el sector agroalimentario, así como los precios que imponen los sectores más concentrados de la producción de alimentos a nivel mundial.
3. Comienzan las protestas
Ha habido varios cortes de carretera por parte de los agricultores, así como manifestaciones y disturbios en algunas ciudades. Aparte, ha habido una sangría de desahucios como consecuencia del aumento de los precios de la vivienda, y hay una especie de «calma chicha» que la propia Policía viene advirtiendo desde hace meses.
4. Gabinete de crisis
Los datos de desempleo comienzan a preocupar. A la cifra oficial hay que añadir autónomos que han perdido poder adquisitivo y las personas que viven en la economía informal, que se estiman en dos millones de personas. La cosa se calienta, y todo parece estar a punto de una mecha.
5. Contención social: subsidios y despliegue policial
El gobierno enfrenta la situación con dos líneas de actuación en materia de seguridad nacional: la provisión de un ingreso mínimo que permita descomprimir la carestía ligeramente, y una contención en la calle con el despliegue de Policía Nacional, Guardia Civil y Fuerzas Armadas.
6. ¿Calma?
No lo sabemos. La situación en el resto del mundo tampoco acompaña a la deseada «paz social» y solo una terapia de choque podría hacer que la población no respondiera a este desastre echándose a la calle. Si bien las consecuencias de esta crisis vienen de hace tiempo y estaban ya previstas, lo peor está por venir.
Esta simulación es una mera fantasía del autor; cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.