El fallecido presidió el Chase Manhattan Bank, del que decían que tenía su propia política exterior, lógicamente, anticomunista: apoyó el golpe de Estado contra Allende y se tapó los oídos para no escuchar los gritos de Víctor Jara y otros seiscientos cuando los torturaron en el estadio Chile, porque el dinero es tan ciego y sordo como la justicia. La intervención de Estados Unidos está acreditada en el país sudamericano, en Italia, en Guatemala, en Nicaragua, en Cuba… en la España de la democracia coronada. A Rockefeller habría que haberle preguntado por la supuesta mano negra de Rusia en la política de Estados Unidos, a lo mejor los del Kremlin le parecían unos primerizos.
Porque en este terreno de la conspiración, Estados Unidos lleva unas ciertas décadas de ventaja. El aeropuerto internacional de Washington se llama Dulles en honor al secretario de Estado que practicó como pocos el amor y el respeto por la soberanía de los pueblos: John Foster Dulles le dio un golpe de estado al presidente nacionalista de Irán, Mossagedh, y puso en su lugar al servil Shah, dandi torturador hasta que lo echaron los ayatolás. Dulles también alentó el golpe en Guatemala que dio lugar a una guerra de doscientos mil muertos. El secretario de Estado trabajaba para el presidente y para la United Fruit Company. Del imperio de los plátanos también cobraba Allen Dulles, su hermano y director de la CIA.
La primera oficina de la CIA estuvo en el Rockefeller Center de Nueva York: por allí también pasó General Dynamics, que construye aviones y tanques. La televisión NBC tiene su sede principal en el complejo de Manhattan, y la agencia Associated Press estuvo años en sus rascacielos, pero lo que más glamur le da al bloque son los conciertos navideños en el Rockefeller Plaza y, por supuesto, el Radio City Music Hall, pero lo que más glamur le da al bloque son los conciertos navideños en el Rockefeller Plaza y, por supuesto, el Radio City Music Hall. Ahí tocan estos días artistas como Franco de Vita, Carlos Vives o New Order. Los británicos tocarán su famoso Blue Monday, incluido en el disco “Poder, corrupción y mentiras”.
Yo compré unos pasteles jajaja, no es broma.