Ha comenzado una guerra económica sin precedentes entre Marruecos y España, a raíz de las medidas adoptadas por las autoridades marroquíes para impedir las actividades de contrabando mediante la suspensión permanente de las actividades comerciales a través de los cruces de Ceuta y Melilla.
Madrid anunció recientemente la imposición de una multa de 700 dólares a los camiones que entraran en el territorio español con más de 200 litros de combustible, mientras que sólo se vigilaban los vehículos procedentes de Marruecos.
El periódico marroquí Akhbarna informó de que esas medidas coincidían con un período de exportación intensiva de productos agrícolas marroquíes a Europa, lo que causaba enormes pérdidas a las empresas de transporte marítimo internacional y afectaba a las fechas de entrega de las cargas a los clientes.
Marruecos respondió anunciando una nueva medida que exige que los camiones españoles muestren un contrato de asociación con una empresa marroquí para obtener el permiso para cruzar el territorio del reino.
Si se violan las nuevas normas, los vehículos españoles serán confiscados en el puerto de Tánger Med.
Esta decisión entró en vigor el martes.