Lo anunció ayer la Primera Ministra Theresa May con motivo de la cumbre franco-británica celebrada en la Academia Militar Sandhurst. May pretende inaugurar “una nueva era de cooperación en materia de seguridad” entre ambos países con una “operación de apoyo a las fuerzas francesas que han estado involucradas durante varios años en una guerra contra grupos terroristas que operan en la zona”, para que prevalezca el “estado de derecho”, dijo.
Es el viejo colonialismo de siempre, ahora bajo la cobertura de los “Estados fallidos” que ellos mismos han creado y que les conduce a actuar como si no hubiera ninguna clase de Estado en la región de las fronteras de Malí, Níger y Burkina Faso. África vuelve a ser una “tierra de nadie”.
A los Estados de la región se los califica de “fallidos” porque desde la invasión de Libia en 2011 sus yihadistas se han instalado en ella. May afirmó que su país “ha participado durante varios años en todo tipo de operaciones en la región, bajo los auspicios de la ONU, la Unión Europea y la Unión Africana, en particular en Mali”.
En colaboración con sus socios internacionales, el gobierno británico “ha desempeñado un papel destacado para evitar que los extremistas se apoderen de grandes zonas de la región del Sahel, convirtiéndolas en una retaguardia para realizar ataques terroristas en Europa”, añadió.
El gobierno británico quiere desplegar tropas en la región del Sahel “para participar en la estrategia mundial” contra los yihadistas que representan una grave amenaza… bla… bla… bla… En resumen: si no hubiera yihadismo habría que inventarlo.
A estas indigestas explicaciones, le añadió lo que nunca puede faltar: la ayuda humanitaria que el gobierno británico tiene previsto incrementar. Todo no va ser destruir los países con una guerra tras otra. La Pimera Ministra anunció que su gobierno aportará 56 millones de euros adicionales para los países de África occidental afectados por epidemias, desastres naturales y conflictos armados.