El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha presentado una denuncia contra Google, al que acusa de monopolizar el mercado de la publicidad en línea. El gigante de las búsquedas en internet utilizó métodos ilegales para eliminar, o reducir drásticamente, cualquier amenaza a su dominio de las tecnologías de publicidad digital, declaró el martes el Departamento en una nota enviada a los medios.
El Ministerio y ocho Estados norteamericanos, entre ellos California y Nueva York, piden al tribunal que condene al grupo californiano por infringir la legislación sobre competencia, que obligue a la empresa a pagar daños y perjuicios y, por último, que ordene la venta de sus actividades relacionadas con la publicidad en línea.
Se trata de la segunda denuncia presentada por el ministerio contra el grupo californiano desde la toma de posesión de Biden hace dos años. El primero, relativo al dominio de su motor de búsqueda, irá a juicio este año.
Google ha sido multada en el pasado por infracciones de la legislación sobre competencia, incluso por la Unión Europea. En Estados Unidos, el monopolio ya se enfrenta a demandas iniciadas a finales de 2020 por una coalición de estados, encabezada por Texas. Acusan a Google de haber intentado expulsar a toda la competencia manipulando las subastas publicitarias.
El holding acapara más de una cuarta parte de todo el gasto en publicidad digital y más de la mitad de todos los ingresos publicitarios procedentes de las búsquedas en línea. Aunque Google se ha enfrentado a una competencia cada vez mayor en los últimos años, su cuota de mercado sigue siendo inigualable. Podría verse obligado a vender parte de su negocio publicitario.
A Google le puede pasar y le pasará lo mismo que a Microsoft en su momento: el desmantelamiento en virtud de las leyes antimonopolio que pretenden impedir la concentración de capital en muy pocas manos.
El abuso de una posición dominante tiene siempre como objetivo destruir todas las iniciativas de los demás capitales, que un día podrían convertirse en amenazas, y los monopolios matan evidentemente la creatividad y por tanto el progreso.