La explosión del 228 por cien del precio del antimonio en los mercados mundiales ilustra las represalias chinas contra la industria estadounidense. El aumento de los precios, consecuencia directa de las restricciones chinas a la exportación de minerales estratégicos, presagia una crisis en las industrias tecnológicas de Estados Unidos.
El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que las pérdidas potenciales para la economía estadounidense superan los 3.000 millones de dólares, aunque el cálculo no tiene en cuenta el efecto dominó sobre los sectores que dependen de estos materiales, desde los fabricantes de móviles hasta las industrias de armamento.
El dominio de China en la producción mundial de minerales estratégicos le da a Pekín una ventaja considerable: el 94 por cien del galio, el 83 por cien del germanio y el 48 por cien del antimonio provienen de minas chinas. Estos tres minerales forman la columna vertebral de la industria de los semiconductores y de las tecnologías militares avanzadas.
Al bloquear sus exportaciones, China está respondiendo a las recientes sanciones estadounidenses dirigidas a más de 140 empresas chinas del sector de semiconductores. La medida puede ser sólo el comienzo, ya que pueden extenderse al níquel y al cobalto, componentes cruciales para las políticas verdes occidentales.
La batalla ahora se extiende más allá de los microchips a toda la cadena de producción tecnológica. Ante una inminente escasez de materiales críticos, los fabricantes estadounidenses han empezado una carrera contra el reloj para asegurarse nuevas fuentes de suministro.
La Casa Blanca, que ha buscado someter a China en materia de inteligencia artificial y armamento, ahora se ve obligada a replantearse su estrategia industrial. La guerra económica está redefiniendo las alianzas estretégicas mundiales y empujando a cada bando a desarrollar cadenas de producción independientes. El costo de esta reorganización forzada de las cadenas de suministro podría transformar permanentemente el panorama industrial mundial.
La guerra económica chino-estadounidense, que comenzó en 2019 cuando Estados Unidos se lanzó contra Huawei, es ya una serie de zancadillas. Washington sacó a Huawei de las redes 5G estadounidenses y luego prohibió a las empresas estadounidenses vender componentes a la multinacional china, paralizando su división de moviles y obligándola a desarrollar sus propias soluciones tecnológicas.
Las exportaciones chinas alcanzan cifras récord
Los cálculos de los “expertos” han vuelto a fallar. El año pasado China registró un nivel récord de exportaciones. El volumen de las exportaciones superó por primera vez los 25 billones de yuanes (3,3 billones de euros), un aumento del 7,1 por ciento respecto al año anterior.
Las importaciones, por su parte, ascendieron a 18,39 billones de yuanes (unos 2,39 billones de euros), un 2,3% más que el año anterior. En general, el comercio exterior de China aumentó un 5% en 2024 en comparación con el año pasado, alcanzando los 43,85 billones de yuanes (unos 5,841 billones de euros), un nivel récord.
Las exportaciones aumentaron especialmente en diciembre. Según datos de las aduanas chinas, las ventas al resto del mundo aumentaron un 10,7% interanual en diciembre, en comparación con el consenso del 7,3%, después de haber aumentado un 6,7% el mes anterior. Mientras tanto, las importaciones aumentaron un 1,0% el mes pasado, mientras que los analistas en promedio esperaban una disminución del 1,5%, después de una caída del 3,9% en noviembre. Este es su mayor crecimiento desde julio pasado.