Skorzeny: criminal de guerra de las SS |
Pero hay una faceta poco explorada del franquismo, que es la colaboración de empresas vinculadas carnalmente con el nazismo a través de empresas alemanas que sentaron sus reales en España y pervivivieron al propio Franco, y que aún perviven bajo otros nombres en la actualidad.
Hay que destacar el caso de Otto Skorzeny, famoso piloto austríaco de la Luftwafe que liberó a Mussolini de Montecasino donde estaba prisonero de los partisanos italianos, y que luego de la derrota del Tercer Reich, se refugió en España con el beneplácito del franquismo y creó en España una empresa de pavimentación, donde a costa del erario público español ganó licitaciones para el asfaltado de algunas carreteras. Está enterrado en el cementerio de la Almudena, donde un monumento lo recuerda para la eternidad.
Otro tanto ocurrión con León Degrelle, un nazi belga, fundador del partido rexista (¿?) belga, también refugiado en Málaga, donde gracias a concesiones otorgadas por el estado se dedicó a obras públicas, viviendo allí hasta su muerte.
En la conferencia de Breton Woods, del 22 de julio de 1944, los aliados recomendaron a todos los paises que habían luchado en la guerra, proceder a identificar las empresas alemanas instaladas en ellos y sus inversiones y miembros para despojarlos de todos sus bienes y liquidarlos.
El franquismo a regañadientes tuvo que aceptar esas directivas, y dando largas, consiguió que la medida no alcanzara a ciudadanos alemanes en España que eran «particulares» y no representaban al estado alemán nacionalsocialista. Es así como la empresa alemana IG Farben, una de las mayores empresas químicas del nazismo relacionadas directamente con las SS y su aparato eonómico, se travistió en España bajo el manto de la empresa española Unicolor. En sudamérica se transformó en anilinas Colibrí y en Pelikan. Si buscamos en el registro mercantil del año 1946 veremos que casi todos los miembros del consejo de administración son alemanes, y algunos son catalanes como Alfonso María Gallardo, Juan Santiagosa, José María Planella, Salvador Mayoles, Juan Pittier, Félix Kotegan, Tomás Casanovas y Juan Llorena. Todos estos asiduos del Liceo de Barcelona, y recibidos allí con gran pompa, junto al cónsul alemán, que era recibido con honores de jefe de estado.
La IG Farben logró dividirse y se utilizó para ello a la empresa Flix de Tarragona, una antigua empresa española desde 1897 que giraba en plaza con el nombre de sociedad Electroquímica de Flix que pasó a formar parte de la empresa alemana Chemiske Fabrik Elektron, que financio a la famosa División Azul fascista y mandada a la URSS. Flix era visitada por jerarcas nazis con total naturalidad, y pagó los gastos de un monumento al «alzamiento nacional». Finalmente fue una de las fábricas químicas, que colaboró en la fabricación del DDT, y del gas Zyklon B, que era utilizado en las célenbres cámaras de gas, y colaboró con el creador de los camiones Rauff, donde se transportaban prisioneros y se conectaba el tubo de escape con la caja donde viajaban esos prisioneros para que murieran.
Finalmente la IG Farben se camufló en ERT (Explosivos Rio Tinto) que se asoció con la empresa Cross, dando lugar a la empresa ERCROS en la actualidad.
La gran burguesía catalana a través de sus grandes familias como José Valls Taberner, Luis Valls Taberner, Félix Millet, y con la colaboración del General Camilo Alonso Vega, director de la Guardia Civil, formaron un muro impenetrable que logró mantenerse hasta la actualidad.
Todo esto crea una atmósfera asfixiante en torno al franquismo, que muestra de esta manera su costado quizá más oculto, y que junto al saqueo de los bienes de los perdedores con las famosas responsabilidades políticas que sirvieron para robar sus patrimonios, más las concesiones a bancos y eléctricas, hicieron que una nueva clase burguesa, se hiciera enormemente rica y pasara a formar parte principal del apoyo al franquismo.
Hay que añadir, que el propio dictador amasó una ingente fortuna gracias a generosas «donaciones» que recibió. Hay un dato que es ilustrativo: el abogado de la familia Franco Miguel Herrero y Rodriguez de Miñón, dirigente otrora del PP, cobró honorarios de quinientos millones de pesetas, por la gestión de la liquidación de los terrenos de Xanadú, junto a la carretera de Extremadura hace pocos años. Esto da una idea de la monumentalidad del robo.