El gobierno justifica la medida con la misma excusa de siempre: lograr que el año que viene se celebren las elecciones presidenciales y legislativas que están previstas, así como la Fiesta Nacional del 14 de julio.
El consejo extraordinario de ministros decidió extender la medida hasta mediados del próximo año. Por lo tanto, las elecciones presidenciales de abril y mayo, así como las legislativas de junio se celebrarán bajo la anulación de los derechos fundamentales y un fuerte dispositivo policial intimidante.
El último atentado yihadista en suelo francés se produjo el pasado 14 de julio en Niza, el mismo día de la Fiesta Nacional, cuando murieron 85 personas.
El presidente François Hollande informó que el decreto de extensión del estado de excepción será enviado al Parlamento la siguiente semana. Aseveró que se reforzará la seguridad en todo el país, en especial en la frontera.
El estado de excepción prorrogado por cuarta vez debía terminar el próximo 26 de enero. Si la Asamblea Nacional apoya, como siempre hasta ahora, la propuesta gubernamental, las medidas excepcionales seguirán en pie.
Estas medidas anulan derechos y libertades básicas, permiten registros sin previo mandamiento judicial o asignaciones de domicilio bajo vigilancia a meros sospechosos. A ello se suma la ley de espionaje y una presencia extraordinaria de policías y militares por todo el país que nunca ha servido absolutamente para nada, pues siempre han permitido que los yihadistas campeen a sus anchas por el centro de París.