Francia indemniza por los estragos de las vacunas

La actual alarma sobre el virus del Ébola, que parece esfumarse con mucho más sigilo del que llegó, replantea por enésima vez el debate acerca de las enfermedades denominadas contagiosas y de los medios impuestos (en ocasiones a la fuerza) para prevenirlas, las vacunas, entre otras cosas porque las mismas suponen administrar un fármaco a una persona que no padece ninguna enfermedad, es decir, medicar a alquien que no lo necesita porque está sano.

La administración de vacunas puede causar estragos importantes sobre la salud de las personas. El año pasado el Estado francés fue condenado a pagar una cuantiosa indemnización de casi 2.400.000 euros a una enfermera que contrajo una esclerosis múltiple después de haber sido vacunada contra la hepatitis, quedando postrada en una silla de ruedas. La esclerosis múltiple es una enfermedad invalidante que afecta el sistema nervioso central.

La sentencia la dictó el Tribunal Administrativo de apelación de Nancy pero no se ha difundido hasta mediados de agosto de este año.

La enfermera presentó los primeros síntomas de la esclerosis en 1991, un par de semanas después de las primeras inyecciones, y se tuvo que jubilar en 1997. Le han reconocido una incapacidad permanente parcial del 60 por ciento.

En Francia la vacunación contra la hepatitis B se recomienda a los lactantes, con la posibilidad de una recuperación hasta la edad de 15 años para los que no se vacunan. Para las personas adultas, la vacunación se recomienda a quienes están en riesgo de exposición a la hepatitis B, como los profesionales de enfermería.

En 2003 la enfermera recurrió al Ministerio de Sanidad pidiendo una indemnización por daños y perjuicios que fue rechazada después de tres años de litigio. Pero en 2012 durante la apelación el Tribunal Administrativo de Nancy ordenó un nuevo peritaje sobre la causa de las graves lesiones sufridas por la enfermera.

La decisión forma parte de una evolución reciente de la jurisprudencia francesa que se inició a finales de la década de 2000. Las autoridades administrativas y judiciales han empezado a reconocer la relación de causalidad entre la vacuna contra la hepatitis B y el desarrollo de ciertas patologías como la esclerosis múltiple, a pesar de que se han llevado a cabo numerosos estudios en todo el mundo, que no han resultado suficientemente concluyentes.

No obstante, se ha abierto un debate sobre los peligros de las vacunas, incluyendo aquellos para la hepatitis B, por la presencia en ellas de coadyuvantes, como el aluminio.

La sentencia del Tribunal de Nancy ha esperanzado a las víctimas, dijo Catherine Gaches, presidenta de la asociación REVAHB, que agrupa a las víctimas de la vacuna contra la hepatitis B. «No es la primera vez pero este tipo de decisiones son aún demasiado excepcionales», dijo. «Una misma persona puede obtener sentencias distintas de tribunales distintos, incluso con los peritajes a favor», subrayando que el proceso de compensación es particularmente difícil para las personas que se vacunan voluntariamente, sin haber sido obligadas a ello.

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