El ministro francés del Ejército, Sebastien Lecornu, y la industria armamentista quieren acelerar la producción de guerra. Se trata de producir más armas, nuevas armas y más rapidamente, eliminando los trámites burocráticos con las empresas fabricantes.
Conjuntamente, el gobierno y la industria anunciaron su compromiso de adaptarse a la “economía de guerra” en la que ha entrado Francia.
“No estamos en guerra, pero desgraciadamente tenemos que prepararnos para ella. La economía de guerra significa estar preparado para no sufrir”, con “equipos suficientes y suficientemente rápidos en caso de conflicto importante”, dijo el miércoles el ministro al término de una mesa redonda que reunió a representantes de las empresas francesas de defensa y a los jefes de Estado Mayor del Ejército.
El gobierno está elaborando un plan de acción para aumentar los ritmos de producción y reducir el tiempo de entrega del armamento y, de hecho, el tiempo administrativo necesario para pasar de la adjudicación de un contrato a la entrega del equipo.
Esta necesidad la plantearon hace varios años los militares y empresarios. Incluso fue objeto de un informe presentado por los diputados Patricia Miralles, actual secretaria de Estado del Ministerio de las Fuerzas Armadas, y Jean Louis Thieriot, en un informe sobre la preparación del ejército francés para una guerra de alta intensidad.
La Guerra de Ucrania confirma que el consumo de munición (proyectiles, bombas y misiles) es aterrador durante un choque de alta intensidad. Sin embargo, los ejércitos franceses tienen escasas reservas.
“No podemos seguir viviendo con la gramática de hace un año”, dijo el Jefe de Estado francés el pasado mes de junio al inaugurar la gran feria de defensa y seguridad terrestre Eurosatory, subrayando la necesidad de “ajustar los recursos a las amenazas”.
“Todo esto no se hará de la noche a la mañana”, comentó Lecornu. El ejército francés ha establecido un listado prioritario de 10 de armas con la industria de guerra, cuyos plazos de producción deben reducirse, dijo el ministro.
En cuanto al gasto militar, Thieriot calcula que se necesitan “entre 3.000 y 6.000 millones de euros, además de los 3.000 millones ya presupuestados en la Ley de Programación Militar”, para reconstruir las existencias de municiones francesas.