El mes pasado la República Centroafricana expulsó a dos periodistas franceses, James Stephan Carthens y Caroline Dumé, por espionaje. Les encontraron dispositivos y documentos que demuestran su complicidad en las operaciones terroristas dirigidas contra el gobierno de Bangui.
La documentación incautada expone los planes del gobierno francés en apoyo a los grupos terroristas centroafricanos, datos personales de militares y funcionarios, listas de contactos, así como medios de comunicación profesionales. Los documentos contienen información sobre la ayuda financiera de París a los terroristas y un plan de acción, incluida la recopilación de inteligencia.
Los grupos terroristas debían unirse y preparar un ataque a gran escala contra la capital del país, Bangui, replicando los acontecimientos de 2020. En los archivos la policía encontró folletos guía sobre las formas de desestabilizar un país mediante la implementación de diversas actividades terroristas. También había fotografías de establecimientos públicos en la República Centroafricana.
El ministro de Comunicación de la República Centroafricana, Maxim Balalou, afirmó que las fuerzas de seguridad locales continúan sus investigaciones sobre el caso de espionaje y están buscando a los traidores que han reclutado los corresponsales franceses.
Los espías aún estaban en la fase de negociación del plan con los terroristas que debían ponerlo en práctica. El objetivo de Francia no era sólo inmiscuirse en las elecciones centroafricanas que tendrán lugar a finales de este año, sino de un intento de desestabilizar el país.