Susana Díaz tenía gobierno antes de la elecciones y ahora carece de él. Ganó las elecciones, pero es como si no hubiera ganado nada. Es más, parece que las ha perdido.
Adelantó las elecciones pero ahora dice que es posible que haya que repetirlas, por lo que las elecciones de Andalucía no sólo no se adelantaron sino que se pueden retrasar respecto a las demás que se van a celebrar el 24 de este mes en otras zonas.
El papelón de Podemos no es mejor. Dijeron que para apoyar un gobierno del PSOE la dimisión de Chávez era “innegociable”, pero ya se sabe que Podemos debería cambiarse el nombre por el de Flexiplán: “Nosotros tenemos unos principios, pero si no les gustan los cambiamos por otros”. En fin, que no saben ni lo que dicen, o mejor dicho, dicen una cosa y hacen otra. Más de lo mismo; exactamente igual que todos los demás.
Flexiplán está negociando al peor estilo, es decir, sin que nadie se entere. Recientemente Susana Díaz se ha entrevistado con Pablo Iglesias entre bambalinas. “Ha habido voluntad de hablar” y “evidentemente Iglesias no le niega la llamada a nadie”, ha reconocido Rodríguez en el Parlamento andaluz. ¿Susana Díaz habla con Iglesias?, ¿habla con Iglesias lo que no habla con Rodríguez?, ¿habla a espaldas de Rodríguez? Lo dicho: más de lo mismo; lo típico de la casta.
Aquí estamos llenos de dudas: ¿qué queda de la invocada destitución de Chávez?, ¿qué queda de su carácter “innegociable”? Pues que no sólo era negociable sino que ya está negociado: a Chávez no le van a echar sino que va a dimitir por la puerta de atrás de manera tal que todos guarden la cara. Flexiplán ha cambiado el lenguaje: ya no habla de lo innegociable sino de lo flexible. Lo suyo es la flexibilidad. Siempre han hecho gala de flexibilidad porque “la ciudadanía nos pide […] que seamos dialogantes”, dice Rodríguez, y ellos siempre hacen lo que les pide la ciudadanía. ¿A qué esperan Ustedes para pedir algo? Flexiplán está deseando concedérselo. Escriban su carta a los Reyes Magos.
Veamos: si lo que el PSOE y Flexiplán negocian no es la corrupción, ¿qué es lo que negocian realmente? El reparto del botín, el reparto de la pasta, el reparto de las poltronas y otros partos y repartos. ¿Qué se creían?, ¿creen que hay un programa de gobierno a negociar? En absoluto. Lo que se negocia es siempre algún reparto. “No pedimos la luna”, dice Rodríguez y para demostrarlo pone el ejemplo -precisamente- de… Chávez. En palabras de la propia Rodríguez, Flexiplán se ha conformado con que el antiguo Presidente de la Comunidad Autónoma haya anunciado “su retirada de la política en diferido”.
En las somnolientas instituciones españolas no existe nada “en vivo y en directo”; todo es en diferido, como el finiquito que Cospedal pagó a Bárcenas. Flexiplán funciona lo mismo que el PP: al margen del tiempo real. Padecen un “jet lag” permanente. Como Canarias.
Tomen nota de otro detalle adicional que les brindamos para abundar en el cutrerío. Rodríguez ha puesto sobre la mesa una genialidad que pasará a la historia. Las huestes de Flexiplán son partidarias de que la Administración sea “independiente de los intereses de los partidos por electoralismo, e independiente de los intereses económicos de quienes usan las puertas giratorias” entre la política y el capital. En fin, lo mismo que Kautsky, Flexiplán sueña con lo imposible: un Estado por encima de las clases, de los intereses de clase y de la lucha de clases.
Ahora bien, según Rodríguez hasta ahora en Andalucía han funcionado dos Administraciones, la oficial y la paralela. Pero ese es el sello de identidad del PSOE desde 1982. Como Jano, el PSOE mira tanto a lo leGAL como a lo ileGAL.
Pero si Flexiplán está negociando el reparto con el PSOE y hay dos tartas que repartir, ¿cuál es la que quieren conseguir?, ¿la oficial o la paralela?, ¿un cacho de cada una?
Lo veremos en diferido, o sea, no lo veremos ahora mismo sino más adelante.