Del 5 al 9 de julio, los dos grupos fascistas se dieron cita en la ciudad costera italiana para «patrullar» los mismos lugares donde el año pasado fueron violadas una mujer transexual peruana y una turista polaca. Un hombre de nacionalidad congoleña fue condenado a 16 años de prisión por este delito de violencia sexual.
Los fascistas, que se enmascaran a sí mismos como «patriotas polacos e italianos», han denominado esta puesta en escena como «caminatas», los medios italianos, «patrullas negras» y el alcalde de la ciudad Andrea Gnassi, «farsa en camisa negra por cinco o diez fugados de casa que se pusieron en fila para hacerse una selfi fascista».
Mirco Ottaviani, militante de Forza Nuova, dice que ha sido un «bonito alboroto mediático», «una iniciativa simbólica en un tiempo limitado» que, sin embargo, «se repetirá a lo largo del verano». En cuanto a la alianza con los polacos de ONR, «la unión se está fortaleciendo cada vez más en el Este, donde hemos tenido un gran éxito últimamente. Hay un cambio europeo en marcha».
Ottaviani asegura que el «significado de las caminatas para la seguridad, nunca definidas como patrullas, ha sido tergiversado». El coordinador regional de Romaña de Forza Nuova, cuyo perfil en Facebook está dominado por las palabras «Dios, Patria y Familia», no ve ecos de las antiguas patrullas fascistas.
«Los únicos problemas encontrados son los de la delincuencia extranjera», en un contexto marcado «por una gran invasión de extranjeros con nuestras mujeres sujetas a instintos sexuales», dice.
Aparte de la polémica política, lo que sorprende a los medios italianos es ver a dos grupos de extrema derecha europeos reunidos, por primera vez, para llevar a cabo una acción conjunta.
Michal Jelonek, responsable de relaciones con la prensa de la ONR, dice que enviaron a Italia «una cincuentena» de participantes: «Fuimos invitados por Roberto Fiore (dirigente de Forza Nuova), que vino aquí este invierno, y en el futuro organizaremos otras acciones para defender las playas».
Añade que todavía no hay nada concreto sobre la mesa más que un conjunto de valores comunes «para una Europa más segura que vuelva a encontrar sus raíces cristianas».
Ambos grupos forman parte de la AFP, Alianza para la Paz y la Libertad, un colectivo político europeo presidido por Fiore que agrupa a partidos fascistas y neonazis, junto con entidades como Amanecer Dorado o el Partido Nacionaldemócrata de Alemania.