Ariel Sharon, el gran carnicero |
Según el plan, debían estacionar varios camiones cargados con dos toneladas de explosivos cerca de un teatro de Beirut donde la dirección de la OLP tenía prevista una cena en diciembre. Una explosión masiva eliminaría a toda la dirección de la organización palestina.
Sin embargo, los terroristas israelíes abandonaron el plan y lo reemplazaron por un proyecto aún más ambicioso con el nombre clave de “Olympia 2”. El objetivo era un estadio en Beirut donde la OLP planeaba celebrar el aniversario de su fundación el 1 de enero de 1982.
Diez días antes del ataque, agentes reclutados por Dagan colocaron grandes cantidades de explosivos bajo el estrado donde iban a sentarse los dirigentes palestinos. Su detonación se controlaría remotamente. En una de las bases de la unidad terrorista israelí, a 5 kilómetros de la frontera, prepararon tres vehículos, un camión cargado con una tonelada y media de explosivos y dos vehículos Mercedes con 250 kilos cada uno.
El día de la celebración, tres miembros de FLLE los aparcarían fuera del estadio. El plan consistía en activarlos por control remoto un minuto después de que estallaran los explosivos colocados debajo del escenario, cuando el pánico estuviera en su apogeo y las personas que hubieran sobrevivido trataran de escapar. La muerte y la destrucción iban a ser de una proporción sin precedentes, incluso a escala de Líbano.
Pero había un problema muy serio: era posible que el embajador soviético asistiera al evento, por lo que el 31 de diciembre Begin convocó al Consejo de Ministros. Sólo faltaba un día para la masacre y Ouri Saguy, Jefe de Operaciones del Ejército, dijo que si algo le sucedía al embajador se abriría una crisis muy grave con la URSS.
La gran matanza Olimpia 2 no se pudo ejecutar.
El 3 de junio de 1982, Shlomo Argov, embajador de Israel en Inglaterra, fue tiroteado en una calle de Londres. Sobrevivió a sus heridas, pero no cabe duda de que el atentado era la excusa que andaban buscando para invadir el Líbano.
La inteligencia israelí supo inmediatamente que el ataque había sido ordenado por Abu Nidal, un palestino enemigo de Arafat cuyo objetivo era el mismo que el de Israel: la destrucción de la OLP.
El gobierno israelí se reunió tras el atantado de Londres y a ningún ministro le importó que la OLP no fuera responsable del asesinato frustrado. Cuando Gideon Mahanaim, asesor de Begin en materia de terrorismo, comenzó a detallar la naturaleza de la organización de Abu Nidal, los demás le interrumpieron inmediatamente: Abu Nidal no es enemigo de la OLP. “¡Todos los palestinos son de la OLP!”
El general Eitan, Jefe de Estado Mayor, reaccionó de la misma manera cuando un oficial de inteligencia le aseguró que los hombres de Abu Nidal eran los responsables del ataque: “Abu Nidal, Abu Shmidal ¡debemos golpear a la OLP!”
Israel tenía muy claro quién era su enemigo y el gobierno de Tel Aviv ordenó un bombardeo aéreo masivo de las posiciones de la OLP en Beirut y sus alrededores, en el que murieron 45 personas.
Esta vez la OLP no se quedó de brazos cruzados y las aldeas israelíes a lo largo de la frontera norte se encontraron atrapadas bajo un intenso fuego de artillería.
El 5 de junio Sharon presentó otro plan al gobierno: la Operación Paz en Galilea. El nombre fue cuidadosamente elegido para dar la impresión de que se trataba de una misión de autoprotección realizada casi a regañadientes.
Así comenzó la primera guerra israelí contra Líbano.
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